Día de la mujer progre

Día este en que se pretende la igualdad de los derechos de la mujer ante un mundo en que el hombre predomina. En Occidente esta justicia moral y social es algo bastante logrado, aunque aún quede algo. Este noble empeño queda en parte malogrado o empañado cuando las izquierdas políticas han acaparado en exclusividad esta causa, reclamando un excluyente protanomismo de oportunidad.

Este itento de patrimonializar esa conquista feminista, acarrea discordias y enfretamientos lamentables, no ya en que se elimine de la foto a otras fuerzas políticas sino que también entre las mismas fuerzas progres también se está dando una división interna en cuanto a acaparar los réditos de esta lucha. En esto, principalmente, se está conviritiendo este día: en una politización que lo contamina todo. 

Este progresismo rentista y excluyente lo único que provoca es una profunda división en la sociadad sobre todo entre las mismas mujeres. A las que tambien se excluyen si son de derechas, cristianas, madres de familia, etc., y hasta las que son de género neutro (trans), etc.

Se corre el riesgo a que base de tanto empoderamiento (tipo machilurismo a lo hembrismo), a las bravas (feminazismo), se acabe por tira «al niño junto con el agua»; es decir, que se pierda grandeza femenina, su exquisita singularidad, las virtudes de la feminidad, como es el ser más pacífica, acogedora, sensible, humana, compasiva, tierna, suave, gracia, delicadeza, empatía, generosidad etc., para adoptar músculo de hombre, predispuesto (por las hormonas) a la tensión y agresividad.

Hay que afirmar con rotundidad que aquí en España, como en Occidente, la mujer tiene reconocidos todos sus derechos legales y laborales. No hay diferencias de salarios haciendo igual trabajo y dedicando el mismo tiempo. En caso contrario, está penado por ley.

Paradójicamente, el mayor bien que tiene en exclusiva las mujeres -en el que son irremplazables-, como es el de la maternidad, es justamente el que quieren en el fondo eliminar; para este feminismo fundamentalista el mayor enemigo de la mujer es la maternidad; lo denostan como una lacra y un peso que no las permitiera realizarse en lo profesional. Cosa que no es cierto; pero, que sin duda, hay en esto otros componentes de carácter fanáticos ideologicas o la fijación de un odio visceral contra la tracción de la familia cristiana.

Y «curisosamente» y chocantemente este clamar aquí tan sonoro, en cambio de otras sociedades y países donde sí existen desigualdes, no dicen ni nada. Se callan en cuanto a la discriminación real -de hecho y derecho- en el mundo musulmán. Tan vez porque son aliados de la izquierda.

Afirmemos: el hombre y la mujer no son rivales ni enemigos. Somos distintos, complementarios, somos cooperadores, no competidores ni adversarios.

Con todo esto, tal vez se busquen privilegios, también réditos políticos, desestabilizar un país, ir contra la convivencia, contra el catolicismo y los valores que representa, etc., según las líneas marcadas por quien trata de llevar al caos a las sociedades humanas.

Ah, y de los «otros sexos o géneros», si los LGBTI+, de esos nadie en esta manifestación no se ha dicho ni mú. ¿? (Debe de quedar para la manifestación pinturesca del orgullo gay). Ah, y claro, tampoco han dicho nada de las niñas abortadas.

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