Esta es una verdad inamovible: una mujer encinta en su vientre lleva una vida humana. Esta es una verdad sagrada, irrevocable, sellada por Dios, un dogma de fe explicitado en la Visita de Virgen María a su pariente Isabel. Es palabra de divina.
El 31 de mayo este año celebramos Pentecostés, que coincide con la visita de María santísima a santa Isabel, que vive en Ein Karem que dista de Nazaret unos 150 km. Hecho recogido en el Evangelio de san Lucas (1,39-56).
Seguro, y a veces incluso las que se dan. Pero lo mayoría de estas es por falta de preparación. Por eso el cristianismo, la Iglesia y todos sus fieles, ha de plantar cara a una mentalidad o cultura con la que no está de acuerdo, y hacerlo con argumentos contundentes y de forma valiente y resolutiva, convencidos de la verdad de Cristo, pero con humildad.
El Tribunal Constitucional español se ha pronunciado reconociendo el «derecho al aborto»; extralimitándose sus funciones de control; lo cual supone una encubierta reforma la Constitución.