Breve comentario a las palabras de Erdogan

Tras el anuncio del Gobierno austriaco de cerrar siete mezquitas y expulsar del país alpino a decenas de imanes financiados por Turquía, el presidente de turco Erdogan acusó a Austria de desencadenar una nueva cruzada contra el islam y amenazó con responder: «El cierre de mezquitas en Austria lleva al mundo a una guerra entre la cruz y la media luna».

Uno se pregunta si Tayyip Erdogan sabe que el «mundo occidental» al que él parece identificar con la cruz de Cristo, ya no camina como en años de las cruzadas, hace 8 o 10 siglos; es más, según los últimos datos, un gran porcentaje de las poblaciones occidentales se declaran como «sin religión», es decir, que no profesa la religión de la cruz cristiana, en la que trata de encuadrar a todos (la mayoría paganos); es ya querer absurdamente poner nombre y rostro a «su enemigo». Europa en la actualidad es profundamente secular y hasta rabiosamente laicista, culturalmente marxista, nihilista, relativista; la práctica religiosa y la verdadera fe cristiana se está volviendo algo marginal.

De nada le va a servir, presidente Erdogan. A no ser claro, que ese «desconocimiento» sea malintencionado, y obedezca a que se sienta vinculado «de forma inconfesable» con el occidente anticristiano que trata por minar el cristianismo de manera absoluta, aliándose hasta con el diablo. Todo huele a un tufo que se eleva del averno, donde se prenden los tifones del izquierdismo poseído y el islamismo herético y fanatizado.

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