Sobre el cristianismo. Entrevista a Juan Manuel de Prada

En España cada vez hay menos intelectuales, menos católicos y aún menos valientes verdaderos. Juan Manuel de Padre reúne –cual rara avis– estas tres características en su persona. Lo cual supone hoy día un peligro total para uno mismo, pues todo ello supone ir en contra de la corriente.

A veces hasta los propios te hacen el vacio y se apartan de ti: así se lamentaba recientemente Juan Manuel de ser ignorado por los medios de comunicación de la propia Iglesia. No se entiende tal cosa, parece inconcebible, pero así es. Lo cual habla bien a las claras de lo que supone dar testimonio activo de la fe.

Abajo pueden ver la entrevista a Juan Manuel, ya realizada hace tiempo, pero que mantiene la frescura de lo clásico, que perdura, como todo lo indeclinable del ser humano. Es un gusto escuchar sus palabras. Hemos entresacado algunas de las muchas reflexiones siempre acertadas de Juan Manuel de Prada.   

      • Cuando se aniquila la religión la gente la remplaza por las ideologías que son idolatrías. Todas las ideologías modernas son herejías cristianas, desmembramientos de la religión cristiana. Las ideologías conducen al fanatismo porque son ilógicas, y llevan a la destrucción; lo que no es así en la fe religiosa cristiana que es coherente.
      • Las civilizaciones han sido fundadas por religiones, y cuando estas desaparecieron, también aquellas. Esto no es una opinión, es un hecho.
      • No hay civilización –rasgos propios que la vertebran- que no se sustente en una religión, que otorga una cohesión por una cosmovisión compartida; lo cual solo lo proporciona la religión.
      • El ser humano necesita estar vinculado, y lo sobrenatural proporciona un vínculo superior. Si el ser humano se desvincula se amustia y acaba suicidándose. El ser humano necesita compartir, cooperar, y en cambio las ideologías lo que hacen es dividir y enfrentar, desvincular, aíslan el alma.
      • El ser humano es un ser religioso, y cuando se trata, como ahora de cegar esa apertura a la gracia, la sed o inquietud religiosa se ha morfoseteado en ideologías antropólatras, o morales en que busca halagar al ser humano otorgándole el satisfacer sus deseos en derechos, en que se le permiten cambiar de sexo, abortar, abandonar a tus seres queridos, suicidarte, etc.  
      • La Iglesia sólo puede ser tal, si transmite el depósito de la fe. Si deja de hacer esto, se acaba con ella. La Iglesia ha de encarnarse en su mundo, en un lenguaje del hombre de su tiempo, para hacerse entendible, pero no puede renunciar el depósito de la fe allanándose al mundo, al iglesia no puede someterse a la reglas del mundo, ella ha de establecer sus propias reglas, que no es renegar del mundo y romper con él, pero teniendo en cuenta que el mundo trata de imponerse a ella, sometiéndola a sus voluntad.
      • Hoy día los que pretenden refutar a la Iglesia son gente poco ilustrada, son botarates infatuados, sin categorías filosóficas, con las que no se puede dialogar o debatir con ellos.
      • La democracia es un régimen político que impone por sí que no exista la verdad, que es sustituida por lo que diga la gente. Como Pilatos que se negó a reconocer la verdad, oyendo al populacho que pedía la muerte de Jesús.
      • Por mucho que se trata la naturaleza humana, modelar las conciencias, la naturaleza humana es siempre la misma y no puede ser manipulada… Lo cual va a provocar una rebelión ante violación de la naturaleza, que no puede ser tan alegremente cambiada.

 

 

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