Pensamientos de Fe (4)

  1. La persona de fe cristiana no puede renunciar a la razón. Dios, además de Trascendente y Misterio que desborda toda comprensión, es Logos -palabra, inteligencia, razón…-
  2. Jesús dijo: “Como yo les amé, ámense también ustedes unos a otros” (Jn 13, 34). La Adoración nos conecta al prójimo y al mundo – al final, ¡estamos dedicando tiempo al Creador de todo lo que existe! Más tiempo para alabar y adorar a Dios significa más tiempo para ir más allá de nuestras propias preocupaciones y para atender las necesidades de los demás y del mundo en que vivimos.
  3. Pedir con fe a Dios es esperar su respuesta no en la acción directa sino a través de nosotros, de nuestras potencialidades: inteligencia, voluntad, ánimo..
  4. Ser creyente, seguidor de Cristo, implica renunciar a la mundanidad y estar dispuesto a hacerlo a cuanto el mundo ofrece de ambiciones, pasiones, ideales y aprobaciones.
  5. Una comunidad, parroquia, que no vive de la Eucaristía y de la adoración al Santísimo Sacramento esta muerte o para morir. Esto también vale para la persona de fe.
  6. Aunque por ahí, la gente increyente trate de desfigurar la verdad, descalificando la diferencia entre bien y mal; tratando de borrar la raya que los diferencia, acusando de maniqueísmo. Lo cierto es que existe la luz y las tinieblas. Y esta es una verdad indeclinable para la persona de fe. Como existe el trigo y la cizaña, aunque crezcan juntos.
  7. Jesús, Nuestro Seño, hablaba constante de la verdad y en términos de verdad. Es una palabra que aparece regularmente en los Evangelios. Hoy en día, y tal vez sea esta una de las razones por las que se cree tampoco, es que no hay respeto por la verdad ni se la consideración ni se cree en ella, pues es relativa e inexistente. Este escepticismo cínico es corrosivo para el alma, para la sana confianza, para la fe. Por eso hoy se camina tan a uña de caballo hacia la apostasía generalizada.  
  8. Jesucristo nos ha donado al Espíritu Santo, que vive en nuestro interior. ¡Qué grande e importante que es este don, esta realidad presente en nosotros! Esto lo cambia todo. Si nos dejamos conducir por Él, nos recordará las palabras del Evangelio, su lógica, nos moldeará según Jesús, para que tengamos sus sentimientos y seamos según Él quiere. Nos cambará hasta salvarnos.
  9. La fe es un atractivo por lo divino. Al principio un tirón, un pellizco…; luego una vocación continua e ineludible del que siente como más real que tú mismo en tu vida. La fe es presentir a cada instante la vida sobrenatural, lo invisible, el secreto, el don, el tesoro, la caridad… Es la fascinación por la Verdad, a la que jamás no se puede renunciar.
  10. La fe si algo produce, algo palpable, es sin duda, paz. Una sutil, continua, serena, penetrante paz. Lo proporciona una Presencia, que es lo Mayor, y por lo que no hay que temer, pues es Amor salvador. Todo lo demás, carece de importancia. Según un estudio realizado por eminentes franceses el factor más determinante de una larga vida es la paz interior, que proporciona el hecho de creer en Dios.

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