«Hace un año, aquí, Dios me sanó y volví a caminar»: Sara explica su milagro ante 2000 personas
Es distinto que un desconocido diga haberse curado de algo poco visualizable a que se ponga a caminar una chica que todos conocían en silla de ruedas, incluyendo el periodista. Sucedió en la Asamblea de la Renovación carismática española del año pasado, y en la de este año la gente sigue orando con fervor. Dos mil personas, incluyendo unos cuarenta sacerdotes, escuchaban este viernes en el Auditorio del Parque de Atracciones de la Casa de Campo de Madrid, cómo la joven Sara Quiroz contaba su milagrosa curación, sucedida hace un año en el mismo lugar. Sin fuerzas ni equilibrio para caminar
“Estuve así más de un año y medio. Fue un tiempo de sufrimiento, pero también de confianza en Dios. Muchos hermanos habían rezado por mí. Lo peor de todo es que no había un diagnóstico, los médicos no sabían exactamente lo que me pasaba. Yo iba a rehabilitación, simplemente para no perder más fuerza en las piernas”, detalló. Un sacerdote que ora por enfermos “¡El padre Kelly contaba tantos testimonios de personas que se curaban! Sentí una llamada a tener esperanza en mi corazón. Dios me había prometido que me iba a sanar”, recuerda Sara. Así que fue a “una salita ahí atrás donde estaba el Señor expuesto, y otras cinco personas, y el padre Kelly, para que oraran por mí”. «En nombre de Jesús, vamos a caminar» Tres horas después ese sábado por la noche subía al escenario ante el Santísimo expuesto para dar gracias a Dios y dar testimonio de la sanación, para asombro de todos los que la conocían. Y el asombro lo llevó por doquier. “No os imagináis la cara de mi fisioterapeuta, la persona que mejor conoce lo que yo podía y no podía hacer. ¡Y las de mis compañeros de la universidad!” Incluso explicaban su espiritualidad familiar en La Razón para apoyar la gran Misa de las Familias de diciembre de 2011 en las calles de Madrid. Una vida con migrañas dolorosas Y hay más casos. Pudimos hablar con un matrimonio con un niño que sufría déficit de la hormona del crecimiento, según les diagnosticaron. El niño, un bebé, simplemente, no crecía. Las inyecciones de la hormona iban a ser muy caras y gravosas en su economía ajustada. Acudieron a la reunión de oración del año pasado, el padre Kelly anunció que se iban a curar unos niños… y, efectivamente, sin haber puesto aún inyección alguna, el niño empezó a crecer con normalidad. Buscar a Dios, no los milagros Y exigente: “me asusta la espiritualidad de Hollywood, la búsqueda milagrera”, truena la voz de Linero. “No venimos aquí a buscar milagros sino a encontrar al Señor, a dejar que Él nos ame”, insiste. Y la gente aplaude, muy de acuerdo. “Fíjense en Moisés, entre el Mar Rojo y el ejército del Faraón. ¡Eso sí que son dificultades! ¿Qué dice Moisés al pueblo en ese caso? Uno, no teman. Dos, manténganse firmes. Tres, visualicen la victoria, no se pongan en lo peor. Cuatro: esperen, esperen, esperen… Y Dios hará lo que ustedes no pueden hacer. Ustedes hagan lo que puedan, Él hará el resto”. Y la gente piensa en Sara, que no tuvo miedo, se mantuvo firme, visualizó su victoria y esperó. Fue al fisioterapeuta, hizo lo que pudo. Y lo que faltaba, el milagro, lo hizo Dios. Fuente: http://www.religionenlibertad.com/hace-un-ano-aqui-dios-me-sano-y-volvi-a-caminar-23647.htm |