La ideologización del sexo

Esta sorprendente sociedad actual, especialmente la occidental, aunque por la comunicación globalizada e inmediata se está planetarizando, existe una visión de la realidad que lo que es evidente ha dejado de ser tal, para pasar a ser alterado por el mirar particular, caprichoso, de cada cual. Así se ha llegado a aquello que criticaba Marx sobre la superestructura sobre la estructura de la realidad (económica); es decir, que la verdad de las cosas, de lo que hay, ha venido a ser ideologizado hasta el extremo de suplantarse por el pensamiento de lo que se quiere que sea, sin que haya fundamento o base real para ello. Y algo de esto está sucediendo con la realidad sexual biológica.  

Esta negación de la realidad, de las cosas que son lo que son, lleva a pensar en aquello de la persona anoréxica: que colocándola desnuda delante de un espejo, aparece esquelética, huesuda, de una desagradable estética por la extrema delgadez; pues, nada, que ella, la anoréxica, se ve gorda, y estéticamente rechazable. Ya se la puede insistir sobre la verdad de su realidad, que no hay manera de convencerla. Y uno se pregunta ¿cómo es posible? La mente puede llegar a subvertir la verdad de lo que es. Y esto pasa cuando se ideologizan ciertas realidades.

La realidad es la que es: hay dos sexos, macho y hembra, varón y mujer. La naturaleza es la que es: biológicamente XX y XY (XX, hembra; XY, varón). Y la disforia de género en la infancia –la creencia de que uno no es de su sexo biológico– es predominantemente influida por factores medioambientales y psicosociales.

Se quiere cambiar también el nombre a las cosas (aquí hay un follón con las Academias de las lenguas), los tipos de aseos (diversos, compartidos, etc.), en los deportes (los musculosos varones pretenden competir con las mujeres, claro así es más fácil ganarlas, a base de testosterona), en las cárceles los presos quieren estar en el pabellón de las presas (claro)…, y así con todo. Las que se ve que están saliendo perdiendo son las mujeres, principalmente.

Esto de que el género venga a montarse –como una superestructura- sobre el sexo está causando una confusión en las edades más tempranas; pues todo esto se está introduciendo en las escuelas…  Lo cual acarrea confusión y que se tomen decisiones equivocadas y hasta irreparables.

Se puede estar haciendo un gran daño a la infancia (que hasta los 7 años aún desconocen que el sexo es permanente) y luego en la pubertad en que se está en búsqueda de una identidad. Con todo esto del transexualismo o transgenismo a través de bombardeo constante en todos los formatos: mediáticos, escuelas, sociedad…, e está provocando  que haya más adolescentes pretendiendo una identidad trans.

Y si algún padre se opone o muestra reparos…, sencillamente se la amenaza con la pérdida de la patria potestad.

Cuando la política fundamentaliza una ideologización puede convertirse en algo verdaderamente peligroso, pues tiene la potestad de emitir leyes… auténticamente desastrosas, y encima se tienen por progresisitas.

La autoridad de los padres llega -en este campo- a la mínima expresión: un hijo de 14 años (hablamos de España) puede alterar su identidad sin contar con ellos, puede ir al registro civil y cambiarse su género y nombre, sin consentimiento paterno ni certificado médico y sin nada, solo con el deseo del adolescente.

 

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