Es alarmante la situación venezolana. No sólo por el más que sospecho pucherazo, sino por la situación esperpéntica en que vive ese país: siendo rico en recursos naturales es tremendamente pobre. Y así parece seguir y seguir, de manera indefinida. Es desesperante y nos tememos lo peor.
La inmensa mayoría de los venezolanos están en contra de ese gobierno, y según parece aún va a continuar por seis años más. Y lo peor es que hay mucha -física y moralmente miserable- gente que vive amancebada y servilmente coadyuva a mantener el régimen.
Aunque las encuestas y las expectativas reales era de que la mayoría de los votos iban a ser a favor de la Oposición, todo apunta de que ese vuelco ha sido alterado de manera indigna y fraudulenta.
Hay mucha gente desesperada y frustrada tanto en el interior como en el exterior (recordemos que casi 8 millones de venezolanos viven fuera de su país), que esperaban el cambio.
Este malestar de una gran mayoría de los venezolanos (en un país donde hay muchos ciudadanos armados) puede explotar en un conflicto armado y en un baño de sangre.
Da pena la situación. Y más que nada que quien -dictador- tiene el poder no está dispuesto a soltarlo cueste lo que cueste; y máxime temiendo lo que supondría soltarlo en cuanto a la responsabilidad política, moral y penal. Y con otro añadido: que aún hay muchos bienes que saquear y beneficiarse codiciosamente por aún otros 6 años, y a más más, incluso en la miseria pauperización como -por ejemplo- Cuba, ahí siguen y siguen…
Difícil, muy difícil.
Recemos.
Ya hablamos en años anteriores de Venezuela, y les invitamos a releer los siguientes artículos:
Venezuela, el drama está servido
L’Osservatore Romano: temor por una guerra civil en Venezuela. La Onu se reúne