
Cuando en nuestro mundo cabalga el cuarto caballo apocalíptico, el caballo verdoso, sobre el que cabalga el Maligno, con el nombre de Muerte, y nos hallamos compungidos por esta peste asesina del coronavirus, que se ensaña con los más débiles, las personas mayores y sin defensas, a las que la sociedad ha dejado desamparadas, avocándoles a una especie de maldita eutanasia sobrevenida, pese haber dado lo mejor de ellas mismas en sus años pasados; ahora continua su galopar criminar matando con el hambre.






