El fanatizado activismo proabortista

Se muestra a activistas a favor del aborto interrumpiendo una misa en la parroquia St. Veronica en Eastpointe, Michigan. Un video dice que el incidente ocurrió el 12 de junio de 2022. | Captura de pantalla del video de TikTok

La cuestión del aborto representa el punto crítico de la batalla entre el Bien y el Mal en el ámbito de la historia humana. El espíritu del tiempo, la mundanidad materialista, las tinieblas… se afanan por todos los medios en torcer el pulso a quién se oponga en su propósito: empoderamiento del mal, que se manifiesta en toda su magnitud en ese extremo sagrado, que es la vida inocente, gracia divina, don creado por Dios.

Ante la posible derogación en EE:UU. de la ley Roe, que daba fuerza legal el aborto. No es que la derogación Roe suponga una prohibición de abortar, no; si no tan solo que se considere un derecho. Y que cada estado legisle según desee.

Pues bien, ante esta novedad que en cierta manera no es tan importante, aunque sí representa un paso en la dirección de considerar el aborto bajo la sensibilidad de algo a que no se tiene, per se, bajo amparo legal, como un derecho de arrebatar una posible vida (cuanto menos) y que abra la reflexión a amparar legislativamente al nasciturus.

Esto se valora que en la batalla del aborto, los pro-vida hayan abstenido una victoria. La Justicia (según algunos jueces, pero en este caso suficientes) y el cristianismo (especialmente de la Iglesia católica) aparecen como los rostros más definidos pro-vidas y antiabortistas. De modo que ambos, principalmente, se han convertido en los objetivos a batir por los activistas abortistas, y en su extremosidad se están empleando fanáticamente, en un odio violento  cristianofóbico.

Estas son algunas acciones que están llevado a cabo esto radicales, que no hacen escrúpulos a que mueran 90 millones de criaturitas indefensas en los negocios de las clínicas abortistas. Ahí van los titulares de las noticias:

 

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