Conversos de izquierdas

El famoso actor Morgan Freeman, a los 78 años, ha manifestado que con cierta edad las grandes preguntas de la vida cobran seriedad. Y la gran pregunta que cada persona tiene que hacerse es acerca de su relación personal con Dios.

Dios, con paciencia infinita y sin incordiar, espera que su voz silenciosa, su toco respetuoso y gratuito sea escuchado y respondido. Dios espera pacientemente durante toda la vida.

Al tiempo que la vida se va marchando y se toma en valor lo que realmente importa y se descartan las futilidades y ambiciones, que ahora paracen de niño. Entonces es el momento de prestar atención a Áquel que ha estado allí, al lado, en espera de ser oído.

Recojo aquí en esas fotos aquellos que en un momento dado de sus vidas “intuyeron a Dios”, percibieron su presencia, como algo –Alguien- que llama a la puerta: “Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo” (Ap 3,20).

Este coloralio de personas procedentes de una izquierda atea o agnóstica, son una muestra de que Dios llama al corazón de todos:

Miguel Hernández (1910-1942), su fe se tambaleó durante los años treinta, quizá por influencia de Pablo Neruda, de una conversión (o de un retorno, para ser más precisos), sino de una conciencia del poeta de que le ha llegado la hora de comparecer ante Dios, Se confesó y casó «in articulo mortis»

Dolores Ibárruri, La Pasionaria, presidenta del PCE, fiel a los dictados de la temida Unión Soviética de Stalin, donde vivió buena parte de su vida; se creó una fama temible durante la Guerra Civil por su crueldad con los sacerdotes y religiosos. Al final, La Pasionaria dejó escrito: «A ver si los «viejitos» que somos convertimos lo que nos resta de vida en un canto de alabanza y acción de gracias al Dios-amor, como ensayo de nuestro eterno quehacer». El Padre Llanos la confesó y dio la comunión a la Pasionaria, que murió católica», dice el jesuita y escritor Pedro Miguel Lamet.

Antonio Gramsci. Su conversión al final de su vida han provocado un gran revuelo y, lógicamente, una cierta conmoción e incredulidad entre los intelectuales de izquierda, que no lo querían admitir alegando que fue en todo caso a consecuencia de la enfermedad terminal.

André Frossard, procedente de una familia atea y comunista, se convirtió a los 20 años. El padre de André Frossard fue Louis-Oscar Frossard, uno de los fundadores históricos del Parti communiste français, quien fue líder del partido durante 31 años. Sus padres (ella, atea de origen protestante y él, judío) lo criaron como ateo, pero él, bien jovén, abrazó la fe catóica.

Svetlana Stalin, hija de Stalin, murió el 22 de noviembre de 2011. Svetlana huyó del «paraíso socialista» ayudada por la CIA en 1967. Fue un mazazo para la propaganda socialista.  Sin embargo, en casi todos los medios se pasó como de tapadillo el asunto de su conversión; conversión de la hija del más sanguinario dictador de la historia, jefe del primer país oficial y políticamente ateo. Primero el bautismo ortodoxo y luego la recepción en la Iglesia Católica en 1982

Wojciech Jaruzelski el último líder comunista polaco, ateo declarado, el comandante militar y presidente de Polonia durante la Guerra Fría, conocido por su ateísmo militante. Se confesó 2 semanas antes de murir  y tras recibir los sacramentos en el seno de la Iglesia. Un capellán militar le dio la extremaunción.

Mercedes Aroz Ibáñez, aragonesa de nacimiento y catalana de vecindad, profesión y convicciones, fué -hasta el año 2007- una destacada defensora de los partidos políticos de izquierda: durante su juventud, declarada simpatizante y colaboradora de la Liga Comunista Revolucionaria, de inspiración claramente troskista. En 1976, en vísperas del cambio político que se avecinaba en nuestro país, se inscribe, como militante de base, en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).  La que fuera cofundadora del PSC, diputada y senadora, Mercedes Aroz, dejó el partido tras su conversión del marxismo al catolicismo, de la mano de su hijo que se había convertido previamente.

Ramón Tamames “intuye” a Dios. El catedrático de Economía Jean Monet de la Unión Europea, y miembro en su día del PC, en una entrevista realizada hace unos días por Lluís Amiguet en La Vanguardia afirma que del comunismo solo le quedan buenas lecturas, y a continuación revelo: «No sé si he encontrado a Dios, pero lo intuyo».

El historiador Jonathan Luxmoore es el autor de un estudio de más de 1.000 páginas que se ha convertido ya en un referente sobre los cristianos perseguidos en la antigua URSS. En The God of the Gulag (El Dios del Gulag) ofrece cifras y testimonios sobre los miles de mártires cristianos que padecieron bajo el yugo soviético. Es un libro de plena actualidad cuando precisamente se cumplen 100 años de la Revolución Rusa que dio paso a una dictadura que se alargó durante siete décadas. Jonathan Luxmoore dice haber encontrando algo durante su investiagación: “muchos líderes comunistas que persiguieron a la Iglesia se convirtieron poco antes de morir. Fueron muchos. Quizá esta es una de las presencias más llamativas de Dios en el gulag.”

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