Pensamientos de Fe (100)

  1. La cosa más grave entre las varias que están sucediendo es la pérdida de conciencia, de regirse en el comportamiento según el dictado de la voz interior que le conduce a hacer el bien y evitar el mal. Esto se ha perdido hoy. Lo cual es tremendo y de consecuencias lamentables, y a medio o largo plazo, de gravedad imprevisible.         
  2. La negación de la naturaleza de la especie humana, con una ley y un orden establecido, a tener en cuenta y respetar, es otra de esas graves, gravísimas cosas, que están sucediendo en estos tiempos de cambios inhumanos.
  3. El hombre sin ley moral, es decir, lo que la Biblia presenta como la «anomía» (negación de la ley natural), es el obstáculo (kajetón), sal que hacen referencia san Pablo y el Apocalipsis, para que una vez que desaparezca, quede el campo despejado a la acción del Maligno y que aparezca la figura de la Bestia o Anticristo. Y en está estamos ya.
  4. Otro de esos fenómenos ideológicos que atentan contra la humanidad es la negación de la verdad, de la realidad, el relativismo de todo; que está determinados por el deseo, el gusto, el sentir, la emoción, el egoísmo… de cada cual; un subjetivismo relativista que lo deconstruye todo y lo reconstruye arteramente, cual demiurgo enloquecido.  
  5. Estas especies místicas aguardientosas, de placidez egótica, de ejercicios de respiración y atención plena (mindfulness, yoga) son técnicas psicofísicas desestresantes. Un gimnasio más de tantos, ahora de la mente. Pero no son propiamente espiritualidad: esta no acaba replegándose sobre el yo, sino abriéndose -como los brazos de Jesús en la cruz- para abrazar a todos desde el encuentro con Dios.
  6. En el ser actual es el mentir se ha convertido en un proceder acrítico, se admite con toda naturalidad, y esto produce una desconfianza protectora, y por lo tanto, destructiva. Esta costumbre del mentir incorporada a comportarse habitual se ha universalizado. Lo cual es demoledor a la hora de construir algo serio y permanente.
  7. Confiar hoy día es temerario. Se requiere mucho valor. Y no todo del mundo lo tiene. Hoy es el mayor gesto de valentía. La Gracia viene en socorro de esa carencia.
  8. Parece increíble, pero sólo desde la fe es comprensible la lógica del Reino: es mejor perder, quedar ofendido, poner la otra mejilla, dejarse golpear, ser débil, pequeño, el último…
  9. La incapacidad de confiarse revela una inaptitud para el amor; sin fe no hay amor. El verdadero amor no exige garantías. Creer en alguien es parte del amarla. Quien cree o confía poco ama poco.
  10. Sin oración y sin vivir en gracia es imposible que de ahí salga nada bueno. Recordemos lo que decía también san Ignacio: «rezad como si todo dependiese de Dios, y esfuérzate como si lo fuera de ti. n los santos»; o el comportamiento de todos los santos cuando tenían que tomar algún camino o decisión importante, que pasaban horas o noches enteras rezando; el primero el Maestro, Jesús, que así lo hizo en momentos relevantes, como en la elección de los apóstoles, al empezar sus vida pública o al entrenarse en el Huerto de los Olivos con la Pasión.

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