Todo el mundo está pendiente de la guerra en Ucrania, a todas las horas y en todos los medios, se repiten y repiten imágenes e informaciones, refritas; en cambio, de otras guerras nada, y del fenómenos de la persecución de los cristianos, mucho menos.
El islamismo radical no para en su violencia asesina contra el cristianismo en el África subsahariana: Nigeria, Camerún, Chad, Congo…
El mundo da la espalda a esta sangrienta realidad, no interesa o si interesa es -nos tememos- para aplaudir.
Nigeria es uno de los países donde más cruel y continuadamente es perseguido el cristianismo por el fanatismo de un islamismo sectario, de los Fulani y Boko Haram. Vean tan solo en este recién mes de marzo (recogidos por la Agencia Fides):
- Atentado contra un tren en Kaduna, condolencias de las confesiones cristianas
- Nuevos ataques en Kaduna, el Estado nigeriano donde han desaparecido dos de los tres sacerdotes secuestrados en el último mes
- Tercer sacerdote secuestrado en Nigeria durante marzo junto a otras 44 personas
- Tras el p. Joseph Akete Bako otro sacerdote secuestrado en el Estado de Kaduna
- “Cuidado con predicar el cristianismo de la prosperidad”, advierte el obispo de Ekwuluobia.
- La archidiócesis de Kaduna confirma oficialmente el secuestro del padre Joseph Akete Bako
Camerun. Según Ayuda a la Iglesia Necesitada: Yihadistas de Boko Haram atacan y destruyen aldeas en el norte de Camerún.
Los terroristas se están trasladando a zonas rurales de Nigeria y a las regiones fronterizas de Camerún y Chad. Matan a los padres de familia y a los adolescentes, sobre todo a los chicos. Luego saquean las propiedades de la familia y destruyen todo lo que no pueden llevarse.