El padre Hileman: «La Adoración Eucarística es el secreto de los frutos de la Iglesia»El milagro más grande de la adoración perpetua en la Iglesia Católica es que Jesús esté presente de día y noche. Si el católico no ha llorado delante del Santísimo, si no ha sentido su amor, su perdón, su misericordia, su presencia, su poder, es que todavía no conoce al verdadero Jesús.
Han transcurrido diez años desde que el sacerdote Patricio Hileman dejó su vida primero como monje benedictino y luego de eremita, para responder a la llamada de Dios. Allá, sólo en la montaña, donde vivía en pleno silencio y constante oración, concluyó que su misión “no se quedaba en que yo fuera un ermitaño, rezara por la humanidad u ofreciera las misas. Sino que también, el Espíritu Santo me sacó del desierto para anunciar al Cordero de Dios, para señalar que está realmente presente entre nosotros en el Santísimo Sacramento”. Su objetivo, dice, es colaborar para que existan 1000 capillas de Adoración Eucarística Perpetua en Latinoamérica y señala que ya se han creado seiscientas. – ¿Por qué considera una urgencia las capillas de Adoración Eucarística Perpetua? Así respondemos al primer mandamiento, que es “amarás a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas”. El milagro más grande de la adoración perpetua en la Iglesia Católica es que Jesús esté presente de día y noche. Debemos darle el lugar que se merece, después de todo lo que ha hecho por nosotros. Es lo que pensaba Benedicto XVI, quien decía que las Iglesias son expoliadas o se convierten en museos, porque la vitalidad de una Iglesia depende de que sus puertas estén siempre abiertas y que se adore sin interrupción. Jesús está en los sagrarios para siempre con nosotros, sólo y abandonado como un prisionero, por amor. La Virgen María, Nuestra Señora de Guadalupe, le dice a Juan Diego “mucho quiero que en este lugar me hagan mi casita sagrada, donde lo mostraré, donde lo ensalzaré al ponerlo de manifiesto”. Ella dice que lo saquemos del sagrario para que lo podamos ver y que lo adoremos para estar con Él. Allí es donde la Iglesia va dando frutos… “el que permanece en mí y yo en él, va dando frutos, pero separado de mí, nada puede nacer”. Este es el secreto de los frutos de la Iglesia. – ¿Cuáles son los beneficios que tiene la Adoración Eucarística en la comunidad? – ¿También transformaciones personales significativas…? – ¿Cómo se equilibra la primacía de la Eucaristía con la Adoración al cuerpo de Cristo? Si bien la comunión es el gesto más grande de adoración, es un momento muy pequeño. Las personas deberían dedicarle más tiempo y quedarse en silencio o cantando y no irse apenas hayan comulgado. ¡Jesús quiere empezar a bendecirte y ya te fuiste!, te distraes, estás hablando de otra cosa. Sin embargo, en una hora santa estás en silencio y ¡Jesús tiene una hora para estar contigo, para hablarte, para sanarte, bendecirte, iluminarte! Si el católico no ha llorado delante del Santísimo, si no ha sentido su amor, su perdón, su misericordia, su presencia, su poder, es que todavía no conoce al verdadero Jesús.
https://www.religionenlibertad.com/el-padre-hileman-la-adoracion-eucaristica-es-el-secreto-de-los-31117.htm |