Esparza explica por qué España prohibió esclavizar en América y evangelizó por deseo real de Isabel.
He aquí una historia del descubrimiento y la conquista de América que no dejará a nadie indiferente. La cruzada del océano, de José Javier Esparza (ed. La Esfera), se lee como una novela de aventuras, pero en sus páginas no hay más que realidad pura y desnuda: la crónica de algo más de medio siglo, entre 1492 y 1560, durante el que España abrió al mundo, descubrió, conquistó y pobló un espacio veinte veces mayor que la península ibérica. – ¿Hubo resistencias? Los indios cayeron a mansalva por efecto de enfermedades que desconocían –viruela, peste porcina, sarampión, etc.- y los nuestros también quedaron diezmados por la malaria, el dengue, etc. Fue el mayor choque vírico de la Historia y eso está hoy sobradamente documentado. – Ha dicho usted “indios aliados”. ¿Los había? En todos los episodios de la conquista, desde Colón hasta Pizarro, hay siempre decenas de tribus aliadas junto a los españoles. Eran pueblos que estaban hasta el gorro de la dominación de los mexicas o de los incas, amos verdaderamente crueles, y que recibieron a los nuestros como a libertadores. La gran mayoría de ellos se convirtieron paulatinamente al cristianismo. – A los indigenistas no les va a gustar nada este planteamiento.
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