- Hay comportamientos y actitudes cristianofóbicos en mucha gente con poder que solo se entienden como inspiración demoniaca, es decir, por estar bajo su influencia maligna.
- Que los suicidios vayan en aumento —y especialmente en la gente joven— es algo que a nadie parece provocar a la reflexión. La clase política legisla por cualquier cosa, disfruta emitir todo tipo de leyes, hasta por la cosas más nimia, absurda e incluso personalísima, y sin embargo, en esta cuestión tremenda de los susidios, nada. Tal vez sea porque tendría que reflexionar sobre el sentido de la vida y la trascendencia.
- Hay que rezar para ser puros de corazón, para tener un corazón sensible por los demás; hay que rezar para amar de verdad, para ponerse a disposición de los otros y servirles; hay que rezar… por tantas cosas…, pero hay que hacerlo para seguir rezando, pues sin la oración nada se mantiene florido permanentemente.
- Hoy se renuncia a la verdad, se prefiere que no exista y se vive como tal; porque la verdad compromete y procurarla nos puede llevar muy lejos… Detrás se haya lo de san Edith Stein: «Quien busca la verdad, busca a Dios, sea de ello consciente o no»; igual decía santo Tomás de Aquino.
- La defensa de los pro-vida es hermosa: se sostiene en la fe y en la racionalidad de lo naturalmente bueno. Lo otro, el estar por hacer del aborto un derecho; cuanto menos es un hecho destructivo, un negar el ser, y en definitiva un atentar contra la vida.
- Unas de las cosas más graves que están sucediendo es la permisividad de los padres: la renuncia a ejercer de tales, de transmitir valores, deberes y verdades sólidas a los hijos, con los pretextos de no enfadar a los niños, de no tensionar la convivencia en el hogar, o de pensar que no negarles nada o dejarles hacer lo que les plazca supone su felicidad.
- Es cada vez más frecuente ver a mujeres —algunas incluso son jóvenes— paseando en un cochecito a un perro. ¿Qué encierra esto? Sin duda la frustración a la maternidad y la negación a la apertura a la vida y a la trascendencia. Ya decía Chesterton, «donde hay adoración animal, hay sacrificio humano».
- Como diría Jesús al Padre, «así te ha parecido mejor»; así cabe pensar de que Dios haya querido que la debilidad se convierta en un medio de aproximación a estar más cerca de Él. Dios Padre es como una madre llena de misericordia y ternura, que derrama a manos llenas por sus hijos que más lo necesita.
- La Iglesia Católica no debe ceder al espíritu del tiempo; como muy bien dijo mons. Ginés García Beltrán: «Cuando la Iglesia se casa con la moda tiene todas las papeletas para quedarse viuda«.
- ¡Con lo fácil que es equivocarse!, y con cuanta falsa seguridad hay quien aboga —como si le fuera la vida en ello o como si hubieran recibido una revelación cual Moisés en el monte Oreb, se lanza intrépidamente—, levantando banderas en esto de la sinodalidad, a mantener planteamientos radicales de por dónde debe ir la Iglesia.