Pensamientos de Fe (78)

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  1. Hay comportamientos y actitudes cristianofóbicos en mucha gente con poder que solo se entienden como inspiración demoniaca, es decir, por estar bajo su influencia maligna.    
  2. Que los suicidios vayan en aumento —y especialmente en la gente joven— es algo que a nadie parece provocar a la reflexión. La clase política legisla por cualquier cosa, disfruta emitir todo tipo de leyes, hasta por la cosas más nimia, absurda e incluso personalísima, y sin embargo, en esta cuestión tremenda de los susidios, nada. Tal vez sea porque tendría que reflexionar sobre el sentido de la vida y la trascendencia.
  3. Hay que rezar para ser puros de corazón, para tener un corazón sensible por los demás; hay que rezar para amar de verdad, para ponerse a disposición de los otros y servirles; hay que rezar… por tantas cosas…, pero hay que hacerlo para seguir rezando, pues sin la oración nada se mantiene florido permanentemente.
  4. Hoy se renuncia a la verdad, se prefiere que no exista y se vive como tal; porque la verdad compromete y procurarla nos puede llevar muy lejos… Detrás se haya lo de san Edith Stein: «Quien busca la verdad, busca a Dios, sea de ello consciente o no»; igual decía santo Tomás de Aquino.
  5. La defensa de los pro-vida es hermosa: se sostiene en la fe y en la racionalidad de lo naturalmente bueno. Lo otro, el estar por hacer del aborto un derecho; cuanto menos es un hecho destructivo, un negar el ser, y en definitiva un atentar contra la vida.
  6. Unas de las cosas más graves que están sucediendo es la permisividad de los padres: la renuncia a ejercer de tales, de transmitir valores, deberes y verdades sólidas a los hijos, con los pretextos de no enfadar a los niños, de no tensionar la convivencia en el hogar, o de pensar que no negarles nada o dejarles hacer lo que les plazca supone su felicidad.
  7. Es cada vez más frecuente ver a mujeres —algunas incluso son jóvenes— paseando en un cochecito a un perro. ¿Qué encierra esto? Sin duda la frustración a la maternidad y la negación a la apertura a la vida y a la trascendencia. Ya decía Chesterton, «donde hay adoración animal, hay sacrificio humano».
  8. Como diría Jesús al Padre, «así te ha parecido mejor»; así cabe pensar de que Dios haya querido que la debilidad se convierta en un medio de aproximación a estar más cerca de Él. Dios Padre es como una madre llena de misericordia y ternura, que derrama a manos llenas por sus hijos que más lo necesita.
  9. La Iglesia Católica no debe ceder al espíritu del tiempo; como muy bien dijo mons. Ginés García Beltrán: «Cuando la Iglesia se casa con la moda tiene todas las papeletas para quedarse viuda«.
  10.  ¡Con lo fácil que es equivocarse!, y con cuanta falsa seguridad hay quien aboga —como si le fuera la vida en ello o como si hubieran recibido una revelación cual Moisés en el monte Oreb, se lanza intrépidamente—, levantando banderas en esto de la sinodalidad, a mantener planteamientos radicales de por dónde debe ir la Iglesia.

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