En el día de hoy, 24 de septiembre, en que se celebra a la patrona de la orden Mercedaria (fundada en 1218), Nuestra Señora de la Merced, queremos hacer una reflexión acerca de la verdad: de la razón de la existencia de los mercedarios y la realidad de la persecución islámica (surgida en 631).
San Pedro Nolasco funda (1218) una orden dedicada a la «merced» (realización de una buena acción sin esperar nada a cambio). Su misión era, pues, la misericordia para con los cristianos cautivos en manos de los musulmanes. Era preciso recabar fondos para conseguir la libertad.Muchos de los miembros de la orden –mercedarios– canjeaban sus vidas por la de presos y esclavos. El mercedario sustituye al cautivo como lo atestigua el número de los mártires mercedarios.
Lo cierto es, pese a quien pese, que esta religión desde su nacimiento hace 1393 años, no ha dejado de mostrar su facción violenta y sanguinaria, que ha provocado mucho dolor y sufrimiento por todas las partes en que ha tenido lugar de hacerlo. Desde entonces, día a día se suceden noticias crueles de esta “religión”, entre comillas, claro, porque ¿qué clase de religión es esa que produce esos amargos frutos? Si aplicáramos lo de “por los frutos les conoceréis”, que conclusión habríamos de colegir. Es claro que es una pseudorreligión que, aunque algunos dicen que el islamismo va a invadir el Occidente y hasta el mundo entero, empezando por Europa, es obvio que algo que produce esos frutos no puede durar en el tiempo. Si ha durado XIV siglos es por su mano de hierro, por la presión manumilitaria que impone sobre sus fieles, pero esto no puede ser así en sociedades abiertas; también se debe a la cosa identitaria que se entre los que han emigrado, como una fuerza pseudopolitico-social de presión y autodefensa en plan cuasi gueto en los países a los que han emigrado con culturas muy diferentes, con las que chocan.
Es obvio que la propuesta existencial del islamismo no va a tener éxito en Occidente y que como tal propuesta religiosa decaerá ante la visión de la vida y del mundo que ofrece el cristianismo, donde Dios aparece como Amor, un Dios Padre de todos los seres humanos, sin distinción, que les constituye como hermanos que se han de tratar como tales. Es evidente, pues, que el islamismo acabará diluyéndose en Occidente, aunque haya una inmensa población musulmana que llegue a Europa…; habrá muchas conversiones al cristianismo, seguro, ya las está habiendo a pesar de las presión coactivas, y también otro factor diluyente será el cada vez más materialismo ateísta que impera en estas sociedades occidentales.
El Islam, aunque se trate de edulcurar, tiene un fundamentalismo fanatico y violento en sus textos, que siempre persistirá como amenaza para una convivencia pacífica con los llamados “infieles” e entre sí, con el carácter opresor y desigual de la cultura que promueve. Esto ha sido así de siempre, desde su nacimiento de tantos siglos padeciéndolo. No tiene solución. Estas son algunas noticias últimas más recientes:
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