Fiesta de los Ángeles Custodios, 2 de octubre

Aciprensa

¿Qué debe, y que no debe, creer un católico sobre los ángeles?

Actualmente se habla mucho de los ángeles: se encuentran libros de todo tipo que tratan este tema. La Iglesia ha definido dogma de fe la existencia de los ángeles. Todos tenemos un ángel guardián. En la reforma litúrgica de la Iglesia de 1969 quedó establecido el día 29 de septiembre para recordar a los arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel y el día 2 de Octubre como el día para memoria de los ángeles custodios. El Catecismo de la Iglesia Católica dice en su # 328: La existencia de seres espirituales, no corporales, que la Sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad de fe. El # 336 dice: «Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida».

Los ángeles y sus funciones.
Arcángeles: Les podríamos llamar los «asistentes» de Dios. Son ángeles que están al servicio directo del Señor para cumplir misiones especiales. Ángeles: Su misión es ayudar a los hombres a llegar a la salvación eterna, guiándolos y protegiéndolos de los peligros de alma y cuerpo.

Dios ha encomendado a los arcángeles las misiones más importantes en relación a los hombres. Son guardianes de personas a quién Dios ha confiado grandes misiones, como del Santo Padre, cardenales, obispos. Según las Sagradas Escrituras hay siete arcángeles: «Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que tiene entrada a la gloria del Señor» (Tb 12,15) «Reciban gracia y paz de Aquel que Es, que era y que viene de parte de los Siete Espíritus que están delante de Su Trono» (Ap 1,4).

La Biblia y los arcángeles.
Las Sagradas Escrituras mencionan el nombre de solo tres: Miguel (Ap 12.7-9) El nombre de Miguel significa «quién como Dios». Es el que arrojó del cielo a Lucifer y a los ángeles que le seguían y quien mantiene la batalla contra Satanás y demás demonios para destruir su poder y ayudar a la Iglesia militante a obtener la victoria final.  Gabriel (Lc 1.11-20; 26-38) Aparece siempre como el mensajero de Yahvé para cumplir misiones especiales y como portador de noticias felices.  Rafael (Tobit 12.6, 15) En hebreo significa «Dios es fuerte», «fortaleza de Dios».  Su nombre quiere decir «medicina de Dios. Se le considera patrono de los viajeros por haber guiado a Tobías en sus viajes por tierra y por mar. Es patrono de los médicos (enfermedades de cuerpo y alma) por las curaciones que realizó en Tobit y Sara, el padre y la esposa de Tobías.

Los otros cuatro arcángeles.

Los nombres de los otros cuatro arcángeles (San Uriel, San Barachiel ó Baraquiel, San Jehudiel y san Saeltiel) estos no aparecen en la Biblia, se encuentran en libros apócrifos de Enoc, el cuarto libro de Esdras y en la literatura rabínica, libros judíos antiguos. La Iglesia reconoce solamente los nombres que se encuentran en la Biblia. Los demás nombres pueden tenerse como referencia pero, no son doctrina de la Iglesia ya que provienen de libros que no son parte del canon de la Sagrada Escritura. Por lo mismo debemos tener cuidado con otros nombres dados a los ángeles porque algunos de los cuales son de origen ocultista o de la Nueva Era. Y para muestra un les dejo algunos para que vean hasta donde puede llegar el sincretismo, (mezclar sin criterio todo tipo de creencias) Estos son los nombres de ángeles, organizados de acuerdo a la fecha de nacimiento de la persona: Vehuiah, Jeliel, Sitael, Elemiah, Mahasiah,  Achaiah, Cahetel, Haziel, Aladiah…Y muchos más.

Nota acerca de los demonios o ángeles caídos. 
Dios creó a los ángeles como espíritus puros, todos se encontraban en estado de gracia, pero algunos, encabezados por Luzbel, el más bello de los ángeles, por su malicia y soberbia, se negaron a adorar a Jesucristo, por sentirse seres superiores y así rechazaron eternamente a Dios. Luzbel, llamado Lucifer, Diablo o Satán y los ángeles rebeldes que le siguieron, convertidos en demonios, fueron arrojados del Cielo y fueron confinados a un estado eterno de tormento en donde nunca más podrán ver a Dios. No cambiaron su naturaleza, siguen siendo seres espirituales y reales.

Así que mucho cuidado, no le vayan a estar engañando.

Para los católicos:
Dios asigna los Ángeles Guardianes a proteger no solo a personas sino también familias, comunidades, instituciones, ciudades y naciones. San Miguel Arcángel vela por la Iglesia

No pidamos a los ángeles por caprichos sino por ayuda para hacer la voluntad de Dios. La misión de los ángeles no es responder a nuestros caprichos sino cooperar con los designios de Dios que siempre son para nuestro bien.  Es correcto rezar por protección contra accidentes y peligros pero aún más importante es pedir que nos defienda contra el maligno.

Es un error pensar que el ángel es solo para los niños. Por lo general representamos al ángel custodio cuidando a niños indefensos. Pero no nos dejemos llevar por la soberbia de pensar que los adultos no necesitamos ayuda. La verdad es que no somos capaces de ser independientes. Todos necesitamos ayuda. También hay la tendencia de pensar que los ángeles son una fábula graciosa, un cuento para niños, como si fuéramos muy viejos para pensar en ángeles custodios. Pero Jesús nos enseñó que si no somos como niños no entraremos en el Reino de los cielos. Entonces los adultos debemos ser humildes y aprender a recurrir a la ayuda de los ángeles. Nuestro ángel es nuestro intercesor, nuestro abogado y mediador que continuamente reza por nosotros.

Pidámosle a nuestro ángel ayuda para cumplir nuestros deberes y vencer sobre las acechanzas del demonio.

SOBRE LOS ÁNGELES DE LA GUARDA

De los Sermones de san Bernardo, abad.
Oficio de lectura 2 de octubre

A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos. Estas palabras deben inspirarte una gran reverencia, deben infundirte una gran devoción y conferirte una gran confianza. Reverencia por la presencia de los ángeles, devoción por su benevolencia, confianza por su custodia. Porque ellos están presentes junto a ti, y lo están para tu bien. Están presentes para protegerte, lo están en beneficio tuyo. Y, aunque lo están porque Dios les ha dado esta orden, no por ello debemos dejar de estarles agradecidos, pues que cumplen con tanto amor esta orden y nos ayudan en nuestras necesidades, que son tan grandes.

Seamos, pues, devotos y agradecidos a unos guardianes tan eximios; correspondamos a su amor, honrémoslos cuanto podamos y según debemos. Sin embargo, no olvidemos que todo nuestro amor y honor ha de tener por objeto a aquel de quien procede todo, tanto para ellos como para nosotros, gracias al cual podemos amar y honrar, ser amados y honrados.

En él, hermanos, amemos con verdadero afecto a sus ángeles, pensando que un día hemos de participar con ellos de la misma herencia y que, mientras llega este día, el Padre los ha puesto junto a nosotros, a manera de tutores y administradores. En efecto, ahora somos ya hijos de Dios, aunque ello no es aún visible, ya que, por ser todavía menores de edad, estamos bajo tutores y administradores, como si en nada nos distinguiéramos de los esclavos.

Por lo demás, aunque somos menores de edad y aunque nos queda por recorrer un camino tan largo y tan peligroso, nada debemos temer bajo la custodia de unos guardianes tan eximios. Ellos, los que nos guardan en nuestros caminos, no pueden ser vencidos ni engañados, y menos aún pueden engañarnos. Son fieles, son prudentes, son poderosos: ¿por qué espantarnos? Basta con que los sigamos, con que estemos unidos a ellos, y viviremos así a la sombra del Omnipotente.

Por: P. Modesto Lule Zavala msp | Fuente: modestolule.com

Fuente y texto completo: catholic