Las gente más piadosa, de misa diaria[1], y los nuevos sacerdotes ordenados son partidarios de la firmeza en la doctrina tradiocional, sin veilidades según las corrientes actuantes en el mundo; esta mentalidad de la época o espíritu del tiempo es acorde al principe de este mundo trata afanosamente de interponer su relato de tiniebla, para subvertir los corazones humanos.
La Iglesia ha de velar de no amoldarse al mundo, para no mundalizarse, como señala la Escritura a trav-és de san Pablo: «No os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.» (Rom 12,2).
La religión cristiana es la única religión que, desde sus comienzos, ha entablado un diálogo con el pensamiento filosófico. Entre otras cosas porque la fe cristiana es razón amable, razonable, humanamente divina, porque tiene su semejanza en el Logos. Y si ahora hay estridencia o choque entre el mundo y la Igleisa es porque el mundo ha dejado de tener un pensar humano, indisponiéndose para el dialogo; es el mundo el que ha cambiado, no la Iglesia.
Este choque con culturas «fanaticamente» ideoligizadas, materialistas o fundamenalistas política o religiosamente están dando en este mundo actual las mayores persecuciones contra le fe cristiana como nunca. Los muchos cristianos que se mantuvieron firme en su fe son un testimonio irrevocable de lo que supone ser seguidores de Cristo, lo que conlleva el plantarse ante un mundo que pretende hacerse a su semajanza, proponiendo de hecho: o renuncias a tu fe o date por muerto. Resistirse al mundo para no ser engulldo por él, tiene sus riesgos. Infinidad de mátires hubieran evitado morir si hubieran dicho sí a las propuestas de este mundo, renegando de su fe. Dede el mismo Jesús, a todos los asesinados por ser fieles a su fe.
Esta es la enseñanza de nuestros martires en todos los momentos de la historia: que no amoldarse al mundo y ser fiel a la Verdad eterna comporta consecuencias temporales dramáticas; lo contrario, es desteñir o diluir el mensaje salvador de Dios en Cristo.
La Iglesia está en el mundo, pero no es el mundo. No ha de renuniciar a sus señas de identidad, a la verdad del anuncio que es portadora, guste o no al mundo. Jesús no era complaciente con los escribas y fariseos y no se plego al mundo o sociedad que controlaban y dirigían estos, no, por eso le mataron; si Jesús se hubiera amoldado a ese mundo existente, renunciando a su misión evangelizadora, no hubiera acabado como acabó.
La Isesia ha de ser signo de contracción ante un mundo que trata de someterla hasta hacerla desaparecer, reduciéndola a la indiferencia. La Iglesia ha de tener una palabra rompedora, que proféticamente anuncie y denuncie, con valentía, y proponiendo una cosmovisión antropolígica distinta a lo que el mundo ofrece: una antropolgia sin referencia a Dios, sin la dignidad y grandeza a que está llamando, sin trascendencia ni vida eterna. Discrepar de ese mundo es propio de la verdad revelada; de ahí que la Iglesia no pueda ni quiera amoldarse al mundo.
La gleisa no puede adaptarse, sin más, o amoldarse acomodaticiamente a un mundo, que socialmente está enfermo; la Igleisa no puede comulgar con esto, y consentir, por el hecho de que sea aceptada. No, la Igleisa ha de discrepar de un mundo de pecado, enfermo, y proponer su menaje de amor y santidad. De lo contrario, estará traicionado la fidelidad al Evangelio de Jesucristo.
El objetivo -o mandato divino- de la Iglesia es anunciar el Evangelio según Cristo, y conducir las almas a la salvación, en santa obediencia a la voluntad de Dios, por medio del Espíritu Santo.
¿Acaso, el renunciar a las esencias, a las enseñanzas tradicionales, de siempre,no es cambiar la doctrina, la verdad evangelica, falsificar la fe?
El progresismo doctrinal –como estamos viendo en religiones protestantes, y camino que pretenden seguir los católicos alemanes- está llevando a una deserción de los fieles. Y a lo que se ve, no escarmientan en cabeza ajena, ni ya propia: El catolicismo progre alemnan está en claro declive y sin embargo persisten en seguir por el mismo camino sin cambiar el rumbo
Evangelio según san Juan Juan 3, 31-34:
«El que viene de lo alto está por encima de todos; pero el que viene de la tierra pertenece a la tierra y habla de las cosas de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. Da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha concedido sin medida su Espíritu.»
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Estamos en un momento crucial:
Zen pide a los electores que frenen el proceso sinodal, cuestión «de vida o muerte» para la Iglesia
Estos son datos que hacen reflexionar si no es perder el alma para conseguir la aprobación de un mundo postcristiano:
En Alemania: cristianos pierden más de un millón de fieles al año
Desplome histórico de ordenaciones sacerdotales en Alemania este 2025 (estas son las 4 excepciones)
Por primera vez en Alemania, los «sin religión» son más que católicos y protestantes sumados
El número de jóvenes católicos practicantes en Inglaterra y Gales dobla al de los jóvenes anglicanos. No parece que la «apertura» a la ideología woke y el liberalismo teológico esté dando buenos resultados a la «iglesia» fundada por el rey Enrique VIII.
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[1] Los católicos más practicantes son los más fieles a la doctrina tradicional, según estudio
Católicos que asisten a Misa cada semana son menos favorables a cambios en la Iglesia