Se apaga la fe en Occidente. En pocos años, poquísimos, la religiosidad ha caído de manera asombrosa, por la rapidez y también por la cantidad. La criba demoledora de la práctica religiosa de Occidente ha sido inaudita. Tan solo hay que observar las cifras demoledoras para comprobar su magnitud, para cerciorarnos de la realidad de lo que parece increíble:
En Latinoamérica los que se declaran católicos ha caído notablemente durante las dos últimas décadas. Si en 1995 los católicos representaban el 80%, en la actualidad hay siete naciones donde la religión católica ya representa a menos de la mitad de la población: República Dominicana (48%), Chile (45%), Guatemala (43%), Nicaragua (40%), El Salvador (39%), Uruguay (38%) y Honduras (37%).
En Canadá, en la ciudad de Quebec con 8 millones de personas se han cerrado en siete años 612 iglesias.
En Francia, solo un 7% de franceses va a misa: hay 3 ateos convencidos por cada católico practicante.
En Alemania, disminuye anualmente el número de católicos en unos 200 mil al año. (Los protestantes algo parecido). Y en este último año, con la conflictividad herética del camino sinodal, en 2021, 359.388 personas abandonaron la Iglesia Católica, batiendo récord, a los que habría que añadir los fallecidos, lo cual viene a suponer una cantidad de casi 550.000.
En Inglaterra, hay más personas que se declaran sin religión que con algún credo.
En España, en poco más de 20 años, se ha pasado de realizarse 200 mil bodas por la Iglesia a 10 mil. También en España el número de monjas y monjes de clausura cierran 50 monasterios al año, de media, con una caída de más de 400 religiosos.
Holanda, el 60% de las iglesias en Ámsterdan cerrarán en los próximos cinco años. La diócesis holandesa de Haarlem-Amsterdam deberá cerrar más de la mitad de sus iglesias -un 60%, en concreto- en los próximos cinco años debido al descenso de fieles, clero y voluntarios. Las autoridades diocesanas afirman que de las 164 iglesias de la diócesis, 99 deberían cerrar en los próximos cinco años. La realidad es que de los más de 25.000 fieles que iban a misa en el 2013, ahora solo lo hacen 12.000: un verdadero obituario. En la década de los 50’s del siglo pasado, el 80% de los bautizados iba a misa; ahora no lo hace sino el 3% de los 425.000 registrados como bautizados.
Tan solo es un botón de muestra, pero extensible a todas las naciones de Occidente: México, EE.UU., Italia, Países Bajos, etc.
No hay palabras…
No hay cosa más triste que el papel en el que está escrito una poesía se dedique a envolver un bocadillo. Algo parecido —pero, claro, en otra dimensión— el que una iglesia medieval acabe siendo un restaurante, cafetería, sala de fiesta o cosa por el estilo. Esto no necesita comentario alguno; habla por sí mismo, a algunos le dirá unas cosas u otros otras; pero sin duda, si se es persona de fe, una plomiza pena.
Que ocurra algo tan importante no puede suceder sin que pase nada. Inquieta, verdaderamente.
Aún con todo, esta alarma… es relativa. Dios -Cristo- es el Señor de la Historia, y su compromiso de salvarla ya se ha consumado, en el cruz.
El enfriamiento de la fe junto con el de la caridad es un signo de los que el mismo Jesucristo mencionara que se darían al final de los tiempos. «Tiene que venir la apostasía» (2 Tes 2,3), «Cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará fe sobre la tierra?» (Lc 18,8), «Al aumentar la maldad se enfriará el amor de muchos» (Mt 24,12). No sabemos con certeza que esta sea el momento, aunque se lo parezca; pero en cualquier caso, siempre viene bien tener presente la recomendad del Señor: ¡Velad! (Mc 13,37).