Tucho vuelve

Nos tememos lo peor. Aunque se supone que algo habrá escarmentado. Porque la que ha liado con «Fiducia Supplicans«… En fin, que Dios nos pille confesados.

El próximo 8 de abril el Dicasterio para la Doctrina de la Fe emite va a emitir un nuevo documento con el título «Dignitas infinita«, que según parece toca el sensible tema LGTBI.

Es de esperar que el comedimiento que se supone al Vaticano haya tomado nota del «escándolo» que produjo cuando el Dicasterio para la Doctrina de la Fe publicó el 18 de diciembre pasado el documento doctrinal «Fiducia Supplicans«, que abría la posibilidad de bendecir a las parejas «irregulares», especialmente las homosexuales.

La controversia -que aún dura- suscitada provocó un hondo enfrenamiento entre el clero (obispos y sacerdotes, de todas las partes del mundo), el desconcierto de la feligresía y un alejamiento con las confesiones hermanas, coptas y ortodoxas, con la que se había avanzado en el ecumenismo; también otra posible consecuencia es que el flujo del clero proveniente de protestantismo ha quedado minimizado, especialmente el anglicano, ante la deriva de los postulados doctrinales progresistas.

En fin, que se han vertido ríos de tinta, como nunca antes en la Iglesia. Esperemos que esto no suceda nuevamente. Y que cardenal Victor Manuel «Tucho» Fernández no eche más leña al fuego de la crisis que atenaza a la Iglesia, por diferentes causas, especialmente el doctrinal ante los vientos progresistas que pretenden cambiar a la Iglesia procurándola que se parezca al mundo, según el espíritu de la época.

 

Esta es la opinión del sacerdote don Jorge (Jorge González Guadalix) que de forma habitual escribe Infocatólica, generalmente sobre el sentir de su grey de la que es párroco:

Lo curioso es que ya han comenzado las lamentaciones. Lectores hay que han empezado a mostrar se preocupación. Es verdad que uno no debe colocarse la venda antes de la herida, pero hay que comprender que el personal esté muy mosqueado.

Un amigo sacerdote, de excelente formación e impecable trayectoria, me hablaba en esos términos. Efectivamente no vamos a ponernos la venda antes de la herida, pero es que, me dice, llevamos recibidas bastantes pedradas, por ejemplo “Amoris laetitia», y que aún no estamos restablecidos del todo de la paliza que nos llevamos con “Fiducia supplicans». Por eso, uno ya lleva la chichonera de forma habitual.

La verdad es que desde que tenemos en Doctrina de la Fe al cardenal Fernández, el amigo Tucho, uno no gana para sustos. Los documentos que emanan del dicasterio o son vulgaridades y banalidades que podría responer cualquier laico con una medianeja formación, como fue lo de si una madre soltera puede acercarse a comulgar, o recordar la necesidad de respetar la forma de los sacramentos para garantizar su validez, o son dinamita capaz de revolucionar media iglesia como en el caso de la desgraciadamente famosa Fiducia. 

En el caso que nos ocupa, la presentación de “Dignitas infinita», mucho me temo que estemos más cerca de Fiducia que de la comunión de la madre soltera. La claridad debe ser meridiana supongo si se habla de aborto, ideología de género o vientres de alquiler, pero lo mismo nos liamos si toca al cambio climático, la inmigración o la agenda 2030. 

De momento, expectantes. Supongo que de aquí al lunes nos enteraremos de algo más, ya saben que las cosas bajo secreto pontificio también se filtran. Pero visto lo visto, y habida cuenta de la experiencia de estos últimos años, y muy especialmente de la trayectoria del Doctrina de la fe bajo el cardenal Fernández, no me extraña que mi amigo sacerdote siga con la chichonera puesta. Yo también. 

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