La iconografía pintó a Gertrudis con la figura de Jesús Niño, asentado en el centro de su corazón en llamas, con la leyenda «In corde Gertrudis invenietis me».
Hoy celebramos la festividad de santa Gertrudis La Grande, tenía una especial devoción al Corazón de Jesús, del que fue vidente, y es considerada patrona de las personas místicas. También tenía gran devoción a las almas del purgatorio. Según una promesa de Jesús le hizo, se liberarían mil almas del purgatorio cada vez que se rezara. Esta es la oración:
«Eterno Padre, te ofrezco la Preciosísima Sangre de tu Divino Hijo, en unión con todas las Misas celebradas en el día de hoy, por todas las Santas Almas del Purgatorio y por todos los pecadores del mundo. Amén«.
Dios ha querido en su inmensa misericordia atribuir tan gran bien y a tantas almas, con tan solo esa mínima oración. Así es Dios, da abundante generosidad a tan breve y sencilla oración por nuestra parte. Y además, extendiéndose también la Promesa a la conversión y salvación de las que todavía peregrinan en la Tierra.
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Biografía
Santa Gertrudis nació en Eisleben, Alemania, el 6 de enero de 1256. Religiosa benedictina cisterciense del Monasterio de Helfta en Eisleben, a finales del siglo XIII, murió el 1302. Es conocida como santa Gertrudis la Grande o Gertrudis Magna.
Matilde tenía veinte años cuando llegó Gertrudis -que sería también santa- a la casa con cinco; recibió el encargo de dirigir los estudios de Gertrudis y fue descubriendo, junto con la abadesa, los dones del cielo derramados con abundancia en aquella pequeña; juzgan acertadamente de sus aptitudes y la maestra se vuelca en darle con esmero conocimientos de arte, de escritura y de la ciencia de Dios. Gertrudis terminará siendo la amanuense de su maestra y gracias a ella nos han llegado noticias directas y personales de sus almas. No tuvo ningún cargo importante; se limitó a una estricta observancia, a vivir con sencillez su llamada frente al desmedido aprecio de lo portentoso, sin ningún signo externo digno de mención especial.
Hasta los veinticinco años, Gertrudis se mostró ávida del conocimiento de la ciencia de su tiempo, ansiosa de adquirir cultura filosófica. A partir de sus visiones, el enamoramiento del Señor le ocupó toda su capacidad adentrándose en la lectura asidua de la Sagrada Escritura, de los Santos Padres de la Iglesia y la Liturgia. Abandonó el saber humano por el conocimiento superior que le llevaba a la contemplación.
Muchos siglos antes de que Cristo se le apareciera a Santa María Margarita de Alacoque, Santa Gertrudis tuvo experiencias místicas del Sagrado Corazón de Jesús. Se cuenta que en dos visiones diferentes reclinó la cabeza sobre el pecho de Jesús y oyó los latidos de su corazón.
En una ocasión la santa le preguntó al Apóstol San Juan, quien recostó su cabeza junto al corazón del Señor en la Última Cena, por qué no había escrito nada sobre el Corazón de Jesús. El Evangelista le explicó que la revelación del Sagrado Corazón de Jesús estaba reservada para tiempos posteriores, cuando el mundo en frialdad necesitaría ser reavivado en el amor.
A Santa Gertrudis se le atribuyen cinco libros que conforman el “Heraldo de la amorosa bondad de Dios” que son comúnmente llamados “Revelaciones de Santa Gertrudis”. El primero lo escribieron amigos cercanos de la santa, el segundo ella misma lo hizo y los restantes fueron compuestos con su dirección. También ella misma fue favorecida con dones sobrenaturales que por obediencia dejó escritos en El embajador de la divina piedad. Allí se contienen descritas sus visiones.
Las Revelaciones de Gertrudis y otros escritos suyos merecieron que comenzaran a llamarle La Grande, y tuvieron importante influencia en la teología y mística alemana posterior.
Santa Gertrudis padeció por diez años penosas enfermedades y partió a la Casa del Padre el 17 de noviembre de 1301 o 1302. En 1739 el papa Clemente XII mandó que su fiesta se celebrara en toda la Iglesia Católica.
En la actualidad ha sido propuesta para ser nombrada Doctora de la Iglesia.