El hecho será estudiado para comprobar el milagro
Peregrinos de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes de Madrid realizaron en días pasados su 101ª romería al lugar donde se apareció la Virgen a Bernadette de Soubirous. Solo que esta vez puede haber ocurrido un milagro.
Desde el año 2018 no se ha reconocido oficialmente un milagro en el Santuario francés. Este podría ser el número 71.
Ocurrió que “una peregrina que sufre varias enfermedades y tenía una deficiencia visual muy alta, después de hacer el gesto del agua, recuperó la vista. Este acontecimiento extraordinario en seguida fue verificado por los médicos, y se notificó en el santuario, que ya lo ha registrado”, según relata el P. Guillermo Cruz, consiliario de esa Hospitalidad.
El gesto del agua es que los peregrinos en el recinto de las piscinas vierten tres veces agua para mojar sus manos, cara y beber un sorbo, tal como hizo Santa Bernadette por incitación de la Virgen en la gruta de Masabielle.
El P. Cruz en su comunicación es prudente y dice que todavía no se puede hablar de un milagro, a la espera “un proceso de discernimiento médico y espiritual que debe seguirse” en el que “han de concurrir los siguientes requisitos respecto a la curación: Inmediata. Completa. Duradera. Inexplicable”.
En este proceso cumplirá un primer papel la Oficina de Constataciones Médicas de Lourdes, organismo fundado en 1883, único en el mundo, al que se le han presentado más de 70.000 casos, de los cuales solo han reconocido 70 como milagrosos. En 50 de los 70 casos, el hecho milagroso se produjo al contacto con el agua del lugar, que no tiene especiales propiedades.
Son cuatro las etapas para estudiar estos casos:
Primero, el director de la oficina recibe a la persona que dice haber sido objeto de un hecho extraordinario. Si considera que el caso es digno de tomar en serio, convoca a los médicos presentes ese día en el santuario. Si estos coinciden en que debe continuar, se inicia una investigación que puede durar varios años. Al término, los miembros del Comité Científico Internacional de Lourdes votan si el hecho extraordinario es “inexplicado en el estado actual de nuestros conocimientos”. Este voto se remite al obispo del lugar donde reside la persona curada, que es quien tiene la potestad de declarar el milagro.
Por su parte los médicos usan de varios criterios de análisis, como que la enfermedad sea grave con mal pronóstico, que sea conocida y catalogada de acuerdo a los cánones médicos, que no haya tratamiento al que se le pueda atribuir curación, que la curación sea súbita y sin convalecencia, que se restauren las funciones vitales y que sea una curación definitiva.
Con información de Aciprensa.