- La destrucción de la moral supone, al fin y a la postres, la aniquilación de las personas corrientes. Las deja sin estructura y resortes para mantenerse fieles una identidad procurada por una dignidad donada, de la que se sienten portadores y responsables…
- Sin certeza moral, no hay asunción de responsabilidad, de hacerse cargo de uno mismo en cuanto a la voluntad más intima, carecemos de significado y propósito para nuestras vidas. Este mudo es demoledor: crear personas escépticas.
- Quien quiera ser misericordioso, que lo pida. Es un agracia, y Dios está dispuesto a darla. Es más Él está anticipándose, ofreciéndola ya; pero el pedirla es acogerla, recibirla; lo que ponemos de nuestra parte.
- Ser cristiano es tener los mismos sentimientos que Jesucristo. Y eso es pertenecer al Reino.
- No es que ya se trunque una vida humana cuando se aborta, aunque tan solo sea un embrión; sino que sucede algo más, se atenta también contra el Espíritu Santo, ya presente, como «gracia increada». La gracia forma parte del ser de cada persona, comunicada en y por el acto mismo de la creación.
- Los progres llaman derechos a sus deseos y libertad a hacer sus caprichos, y en ningún caso sin conciencia de responsabilidad o sentimiento de culpa moral ante un acto inapropiado a su naturaleza humana; una naturaleza de la que reniegan o no reconocen. De modo que de lo que no existe no se puede derivar ninguna razón moral.
- La Iglesia, que en sus pecados de abusos representa un 2 de cada 1000 casos que se dan (en España), está siendo acusada públicamente como los exclusivos culpables por la clase política. Y esto además de ser la Iglesia la realizadora a una gran labor espiritual, de formación moral y de ayuda social a los más necesitados, que es ingente. Así se lo premian, arrastrándola por el barro.
- Dios es un buen pagador. Cuanto más se le da, más y más paga; pues, como bellamente se dice: Dios no se deja ganar en generosidad. El pago de Dios es tan grande que no habiendo en este mundo tanto para pagar, Dios se compromete y reserva para pagar en la otra vida.
- La destrucción de los vínculos humanos supone el debilitamiento de las personas. Desvincular a las personas unas de otras, es debilitarlas, que es el individualismo. La pertenencia a una familia, comunidad, iglesia, colectivo, pueblo, reino, patria, etc., traba (da trabazón), fortalece, etc., De modo que todo aquel que pretenda manipular y apoderarse de la voluntad de las personas es fundamental destruir aquella unidad que la hace resistente e invulnerable.
- A más fe católica, menos ideología. Las ideologizaciones son peligrosísimas. Hoy día las ideologías son anticristianas. La fe católica nos proporciona una cosmovisión que es mucho más radical, potente y cautivadora que cualquier ideología. El cristianismo es abarcador de la realidad, y las ideologías son añicos de esa realidad, son parciales: dividen los aspectos grotescamente.