- El escepticismo da vacío existencial, la vida carece de significado y propósito, lo cual sume en estado anímico de desorden agotador. Hay que asumir moralmente la responsabilidad de nuestras acciones, para huir de ese escepticismo conducente al sinsentido desesperante.
- No intentemos suplir a Dios, dejémosle hacer, que tome los mandos y ocupemos el lugar del copiloto; él saber por dónde y cómo llevarnos. Todo es así de sencillo: Dios está dispuesto a hacerlo todo, si se lo permitimos. ¡Dejémonos llevar!
- La ideología de género es una fábula (1Tteo 4,1-2), una sinrazón, el pensamiento mundanizado, una influencia del Maligno, una niebla que pretende intoxicar el alma humana. Y con toda «naturalidad» pretenden destruir la naturaleza humana, a base de inculcar -inocular- a la sociedad, por todos los conductos (escolares, meriticos) un adoctrinamiento sobrevenido, que es un lavado de cerebro que traerá lamentables consecuencias.
- Esto es la santidad: Una sencillez infantil, una mezcla de sencillez, humildad, inocencia, abandono, ingenuidad, candor, gracia…, de sabiduría divina. Dios está cerca de ellos, reverbera su santidad, porque se le permite…
- «Donde está tu tesoro, allí está también tu corazón»(Mt 6,20).Solo hay dos maneras de estar en el mundo: Si has hecho de la riqueza la razón de vivir has perdido a Dios; la riqueza es tu dios, y su suerte tu destino.
- El corazón es el lugar de Dios en nosotros, si lo ocupamos de algo (tantas cosas…) distinto de Él, acabaremos extrañándole, y tal vez para siempre. ¡Cuidemos ese recinto sagrado!
- El hombre bondadoso, justo… aunque se olvide de Dios, permite que Dios no se olvide de El. El hombre que se humaniza aunque no confiese a Dios, Dios está con el: “Bienaventurado el hombre de buena voluntad”. Si el mundo —el hombre— progresa hacia mejor, aunque se aleje de la religión, Dios está cerca de él.
- Si piensas demasiado en tus imperfecciones, es que piensas demasiado en ti, y esta es en la imperfección que has de evitar. Segundo que desaparecida ésta desaparecerán todas. Amar que es el secreto de la realización como persona y que elimina cualquier defecto, se cifra en mirar a los demás, vivir pendiente de ellos; lo cual repara cualquier obsesión egoísta y parásita sobre yo.
- El tener conduce a una merma del ser; supone miedo a perder, sentirse amenazado, e implica nula confianza en los demás, y en todo lo que pueda venir de ellos, y claro, en este ellos está también Dios, que es pura donación de amor.
- Hay otro tipo de acaparamiento, de avara riqueza: El rico de su propio yo, como ocurre con el fariseo bíblico, está radicalmente afecto en su propio ser. Aparentemente no hay remedio para él.