- Una infancia desprovista de amor e inmoral desprovee de capacidad para luchar contra el mal.
- La relación o religación con Dios es fundamental en la vida y debe ser nuestra mayor preocupación. El pecado venial envara la relación con Dios; El pecado mortal la interrumpe.
- La sal de la tierra que se vuelve sosa: Hay un intento burdo de diluir la doctrina cristiana en la mundanidad. Los que están en este afán no se recortan en que las aristas de sus pretensiones se afeiten para que se trague mejor, no; y así, apuesta decididamente el modificar la moral de dimana de la Palabra de Dios, y descaradamente abogan -como una fijación- por acabar con el sexto mandamiento: la sodomía, la masturbación, etc.
- Cuando pecamos ocurre también como ocurre -sólo que al revés- cuando rezamos: si en este caso se consiguen gracias que -como efecto de la comunión de los santos- llueven sobre el alma de otras personas hermanas; en cuanto a los pecados, con ellos se provoca un efecto de contaminación que enturbia el alma y las relaciones amables, a la vez que entreabre las puertas para que el enemigo pueda entrar libremente.
- Amar pasar desapercibido. Colocarse en el último lugar. Serás humilde y las añagazas de este mundo tentándote para asimilarte no pondrá contigo porque Dios te sostiene y en su día serás reconocido y ocuparás tu lugar allá en el cielo.
- Quien hace el bien, rece y ama posibilita la gracia; así como quien peca, la desgracia.
- La Iglesia está abierta a todos, no excluye a nadie, es acogedora, porque Dios es así, y ella refleja el estilo de Dios. Tiene las puertas abiertas, pero no fuerza a nadie a entrar ni a salir; de lo contrario sería una secta, con miembros no propiamente humanos, sin la dignidad que caracteriza la libertad y la responsabilidad.
- «En la Iglesia cabemos todos», dice el Papa; pero luego ha añadido, «una vez que se entra hay que respetar sus normas». Meridianamente claro, tanto como lo del cielo: en el cabemos todos y todos estamos invitados a entrar en él; pero no todos entran: porque no quieren, se autoexcluyen; porque hay que entrar a tal convite bien vestido; porque existe la puerta estrecha…
- La Iglesia fiel reflejo del Corazón de la anima sólo sabe perdonar y amar, incasablemente, con la ternura de una madre; como Cristo en la cruz: «Padre, perdónales pues no saben lo que hacen», y a lo largo de su vida: “perdonar hasta 70 veces 7”, es decir, siempre y todo.
- La Virgen María no es el Camino; pero nos lo indica, y nos da su testimonio materno, mostrándonos como seguirlo, con humildad, sencillez y obediencia.