Ofensas graves pero democráticas

El embudo de lo políticamente correcto, que es laicista “progre”, ha conseguido generar un ambiente en el que expresar las propias convicciones religiosas es todo un acto de valentía

Actualmente, ofender los sentimientos religiosos, mofándose, haciendo escarnio o atacándolos violentamente, sale gratis

Partidos como PSOE y Podemos buscan silenciar al creyente y borrar la religión de la vida diaria.

Avanza un laicismo agresivo tanto en las calles como en las instituciones, y los agentes de estos ataques contra la libertad son nada menos que los partidos políticos, particularmente PSOE y Podemos. Según el Informe sobre Ataques a la Libertad Religiosa en España, del Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia (OLRC), de 200 casos contabilizados en 2018, 121 tuvieron como responsables a las distintas formaciones políticas de izquierda (PSOE, Podemos, Izquierda Unida, PDCAT, ERC, Compromís, Chunta aragonesista, Bildu, Bloque Nacional Galego). De estos, PSOE tiene en su haber 29 casos, Podemos 34, e Izquierda Unida 10 casos. El principal blanco de esos ataques fue la Iglesia católica (OLRC, pp. 164-165).

Se trata de casos ofensivos pues, aunque no sean violentos, también buscan silenciar al creyente intentando, tanto desde la tribuna oficial del puño en alto (PSOE y Podemos) como animando a otros partidos o movilizando otros grupos influyentes, borrar la religión de la vida diaria. Estos agentes sectarios olvidan que las creencias religiosas forman parte de la identidad de las sociedades y de lo más íntimo de la persona, es decir, su conciencia. El embudo de lo políticamente correcto, que es laicista “progre”, ha conseguido generar un ambiente en el que expresar las propias convicciones religiosas es todo un acto de valentía.

 

El derecho a la libertad religiosa está protegido

Según parece, hubo un pacto «extrapresupuestario» entre PSOE y Podemos en octubre de 2018 por el que PSOE obtenía apoyo necesario para aprobar las cuentas públicas de 2019, mientras se comprometía a eliminar del Código Penal las ofensas a los sentimientos religiosos, por considerarlo un delito «medieval». Ni la ofensa fue tipificada en la Edad Media ni ha perdido actualidad: en concreto, es bueno recordar que el derecho a la libertad religiosa está protegido tanto en art. 16 de la Constitución Española como en múltiples tratados internacionales y que sigue hoy siendo defendido ad casum en tribunales internacionales, como por ejemplo ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, entre los más relevantes.

La noticia es como para pensar a qué Constitución se refieren PSOE y Podemos, ¿la del 78? La aconfesionalidad del Estado del art. 16.3 CE no debe confundirse con la supresión o marginación de la religión en los espacios públicos. Resulta incomprensible para muchos ciudadanos que las instituciones públicas, que nos representan a todos, menosprecien las creencias de millones de españoles. En España la tolerancia ha ido deslizándose por la pendiente relativista. Descenso que se ha materializado en un permisivismo cobarde, de manera que, actualmente, ofender los sentimientos religiosos, mofándose, haciendo escarnio o atacándolos violentamente, sale gratis. Lógicamente, a quienes no nos “sale gratis” es a los ofendidos. Este clima ha enrarecido la convivencia, alentando la radicalización de expresiones violentas contra la paz de los lugares de culto, las personas que muestran sus creencias o la ridiculización de esas creencias en público.

De la mano de PSOE y Podemos, algunos partidos, sindicatos y asociaciones han atacado en sus comparecencias públicas la enseñanza de la religión en la escuela, la libertad de los padres a elegir la educación de sus hijos y los acuerdos con el Vaticano. Así ataca la ideología sectaria desde las instituciones democráticas. También, ayuntamientos del PSOE, con ayuda de Podemos (o sus marcas locales), están persiguiendo la desamortización encubierta de la Iglesia a través de la elaboración de listados de los bienes inmatriculados por instituciones eclesiásticas, así como acabar con la exención del pago del IBI que se aplica a bienes eclesiásticos.

 

Valores que nos unen como españoles

Como bien concluye el informe, lo mínimo exigible al poder público es:

Garantizar la libertad religiosa de los creyentes evitando profanaciones y agresiones.

Que muestre público respeto a las creencias y manifestaciones de la fe popular, que forman parte de la identidad de las sociedades, con independencia de la ideología del partido gobernante.

Finalmente,

Que se valore públicamente la religión como una circunstancia más de la vida social: sin ella no podríamos entender otros elementos de la vida social, como son los valores que nos unen como españoles, nuestro acervo artístico y cultural, nuestra historia y nuestras costumbres.

Patricia Santos 

eldebatedehoy