Los santuariosEl papa Francisco ha decidido impulsar la función evangelizadora de los santuarios, dándoles una relevancia y protagonismo notables.
En la Carta Apostólica con forma de Motu Proprio, Sanctuarium in Ecclesia, publicada el 1-4-2017, afirma admirablemente: “Los Santuarios siguen siendo hoy en nuestros días en todas las partes del mundo un signo distintivo de la fe sencilla y humilde de los creyentes que encuentran en estos lugares sagrados la dimensión básica de su existencia creyente. Aquí experimentan profundamente la cercanía de Dios, la ternura de la Virgen María y la compañía de los Santos: una experiencia de verdadera espiritualidad que no puede ser devaluada, so pena de mortificar la acción del Espíritu Santo y la vida de la gracia”. «La piedad popular encuentra en el Santuario un lugar privilegiado donde poder expresar la bella tradición de la oración, de la devoción y de la confianza en la misericordia de Dios inculcadas en la vida de cada pueblo”. Los santuarios están comprobado fomentan la fe de quienes a ellos pelegrinan y procuran conversiones. Entre aquellos, me encuentro yo y la gente con conmigo iban, y de estos otros, hay infinidad de casos de conversos, desde Lourdes y Fátima a, en los últimas décadas y muy actualmente, en Medjugorje. Hay lugares de apariciones y de peregrinaje, como en este último caso, no reconocido oficialmente como tal por la Iglesia, en que la experiencia de la cercanía de Dios y la ternura de la Virgen se dejan notar. Todo el mundo lo dice. Ah, y solo hay que experimentar la hora de adoración nocturna, en la que se reúnen todos los días, cinco mil personas para adorar la Hostia Santa. Es una experiencia místicamente sobrecogedora… Hay otros lugares de apariciones, -pienso en San Sebastián de Garabandal-, que tendrán por obra del Cielo, en un futuro, la relevancia opacada en la actualidad. Y adónde el Papa acabará peregrinando. Luis Miguel Mata |