La sinodalidad, más que en una asamblea en que todos los fieles participan al objeto de contribuir a la mayor y mejor marcha de toda la Iglesia, se está convirtiendo en una fuente de controversias, provocadas principalmente por elementos proactivos que acaparan el protagonismo y cuya voz dominante es la que se deja oír, es decir, excluyente, por incomparecencia de los más y verdaderos fieles.
Con estos nos referimos a los creyentes de toda la vida, de rosario en mano, de misa diaria…, a aquellos de trato asiduo con el Señor y de íntima y amistad, que están bajo la mística influencia del Espíritu Santo. A estos, habría que escuchar especialmente en, sinodalidad, pero, precisamente, a estos sabios en el Señor, es a los que se les oye. Con toda seguridad estos son los que mejor mantienen con su vida la piedad la brújula que apunta con certeza al norte de la santidad, querida por Dios.
Nuestra experiencia: Fieles de este tipo, de los que podemos afirmar que son los más auténticos en su vivencia religiosa. Es decir, cuando hay tanto abandono de la fe y de la existencia a las celebraciones religiosas, ellas mantienen incólumes su fidelidad a la fe que recibieron de sus padres, como un tesoro, al que no están dispuesto a renunciar pase lo que pase. Pues, bien, la experiencia que tenemos nos lleva a afirmar que estos miembros son verdaderos depositarios del espíritu doctrinal de la fe, y todos ellos no están en nada de acuerdo con estas intentonas de modificar la verdad de las enseñanzas de la Iglesia, para adaptarlas al mundo temporal, tal y como está ocurriendo en la sinodalidad alemana.
El Camino sinodal alemán se está convirtiendo en un polvorín: se halla entre la herejía, el cisma y la apostasía. Mucho de lo que ahí se está diciendo es herético, lo cual va camino de provocar un cisma (separación de la Iglesia universal y de la Iglesia alemana entre sí) y también -ya está sucediendo- provocar la apostasía de bastantes fieles, es decir, con todo este barullo pseudoteológico se está escandalizando a muchos bautizados y haciéndoles perder la fe (ya de por sí bastante atacada por el ambiente social laicista-pagano del mundo actual), la perdida de fieles en estos años en Alemania es tremenda (en 2021, 359.388 personas abandonaron la Iglesia Católica).
Estamos en estos días (del 8 al 10 de septiembre) en la IV Asamblea del Camino sinodal alemán, que es una intentona por subvertir la moral y parte importante de la doctrina católicas.
Ayer tarde,8 de septiembre, tuvo lugar la votación para dar el visto bueno a la cambiar la moral sexual de la Iglesia católica. Veintiún obispos consiguen bloquear la propuesta, aunque tuvo un gran respaldo, ya que estos representan minoría, un 39%, pero fue suficiente ,ya que la aprobación requería de dos terceras partes del episcopado presente. Hay que reseñar como significativo que el 61% de los obispos y el 83% de los seglares respaldaron la propuesta.