Les invitamos a ver este el video del discurso del padre Santiago Martín sobre la grave crisis de la Iglesia. Es un poco largo, pero merece la pena escucharlo, está lleno de sensatez y clarividencia.
Las fuentes de la revelación son dos: la Biblia y la Tradición de la Iglesia; pero no la opinión pública (la cual es muy manipulable), como se pretende hacer ahora desde muchos ámbitos, no solo desde el camino de la sinodalidad (especialmente el alemán), y muchos otros pastores, obispos y sacerdotes, en público y en privado, reniegan o pretenden cambiar a la Iglesia en temas que no son discutibles, por su base bíblica, patrística y magisterial.
Este intento por trastocar la doctrina para adaptarla al espíritu del tiempo es peligrosisimo.
Recogemos algunos texto de san Pablo, que advierte sobre estas derivas:
Segunda Epístola a los Tesalonicenses, capítulo 2:
[15]Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta.
Primera Epístola a Timoteo, capítulo 4:
[1]El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas diabólicas, [2] por la hipocresía de embaucadores que tienen marcada a fuego su propia conciencia; [3] éstos prohíben el matrimonio y el uso de alimentos que Dios creó para que fueran comidos con acción de gracias por los creyentes y por los que han conocido la verdad. (…) [6]Si tú enseñas estas cosas a los hermanos, serás un buen ministro de Cristo Jesús, alimentado con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido fielmente. [7]Rechaza, en cambio, las fábulas profanas y los cuentos de viejas. Ejercítate en la piedad.
Segunda Epístola a Timoteo, capítulo 4:
[3]Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; [4] apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas.
A continuación les invitamos a leer (AQUÍ) el artículo del joven y valiente sacerdote Jesús María Silva Castignani, que expresa certeramente la verdad de la situación de esta crisis, y el daño que muchos (miembros del clero, principalmente) que están provocando, y a los que les aconseja que abandonen la Iglesia católica: «Si no aceptan a la Iglesia como es, deben marcharse. Para ser parte de la Iglesia hay una serie de condiciones. No basta con estar bautizado. Hay que mantener la vida de gracia, aceptar el Magisterio eclesial, y predicar la doctrina sagrada, no cambiarla o adaptarla.»