Arturo Sancho nació en Lanzarote pero se crió en Valencia. Estudió Derecho, ejerció como abogado y además sacó adelante unas oposiciones. Sin embargo, también tuvo siempre una fuerte inquietud creativa que no sabía bien cómo canalizar. Se siente agradecido por haber crecido en el seno de una familia católica aunque, como sucede a mucha gente, esa fe «heredada» no tenía nada que ver con la dimensión espiritual que pudo llegar a descubrir con los años. Porque quien busca, acaba por encontrar. La Virgen -confiesa- ha sido esencial en un momento de su vida en el que se sentía más lejos de la fe. «Rezaba a la Virgen aunque fuera por puro interés». Y Ella, como buena Madre, nunca defrauda.