En tiempos de borrasca no hacer mudanza, dice el sabio aforismo ignaciano. ¿Qué necesidad había de acometer la cuestión del sínodo de la sinodalidad en este momento de crisis?, Crisis de fe, de practicantes, de abandono de muchísimos fieles de Occidente, de ateísmo creciente, de apostasía; crisis de prelados, comenzando por los obispos cismáticos alemanes, y de otro muchos que van por libre haciendo declaraciones inadecuadas sobre la bendición de parejas no casadas y de parejas homosexuales; del acceso a la comunión de los divorciados; sobre ordenación de casados, de mujeres, de homosexuales; sobre la revisión de la moral especialmente en el ámbito sexual; sobre la asimilación al mundo, a los tiempos, es decir, cambiar la doctrina para adaptarnos a un mundo en el que seamos entendibles, etc., etc.
O sea que -tirando de refrán- «no está en horno para bollos», y por si fuera poco ¡zas! lo de sínodo de las sinodalidad. ¡Qué inoportuno!
Y por si fuéramos pocos, aparece en escena la figura de «Tucho» Fernández, nuevo jefe, prefecto, para Doctrina de la Fe, que cual elefante en cacharrería se inauguró generando en tiempo record una multitud de declaraciones (Fernández ha dado en una semana más entrevistas que Ratzinger en 24 años), algunas un tanto arriesgadas en cuestiones de candente actualidad. Lo cual desató la controversia con los que opinan lo contrario, que se creyeron en la obligación moral de expresar observaciones matizantes. Especiales fueron las críticas del Cardenal Gerhard Müller, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe: «El cardenal Müller explica cuáles son las opiniones heréticas que sostiene Mons. Víctor Manuel Fernández«.
Menos mal que le han debido de hacer la observación a mons. Fernández de que no se exponga tanto y sea más comedido, que ya parece que ha dejado de ser menos locuaz y de meterse en todos los charcos habidos y por haber. Un poco de prudencia no viene mal, sobre todo en estos tiempos convulsos. No nos cabe duda de que todas estas declaraciones se hacen con la mejor intención…, pero es que el diablo se vale hasta de ellas para encizañar.
En cuanto al sínodo que viene esperemos que pase cuanto antes y que no que no acaparen los «activistas progres». No todo vale en favor de mostrar una Iglesia con un rostro acogedor y materno, ¡cuidado con el espíritu del tiempo!, la mundanidad de las tinieblas que quiere desfigurar el mensaje evangélico difuminando el depósito de la fe en una doctrina sin sal ni luz.
Nota:
Tengamos en cuenta lo dicho por la Virgen en San Sebastián de Garabandal de que previamente a los acontecimientos de Aviso-Milagro-Castigo que habían de acaecer al final de los tiempos habían de darse un sínodo (hablar de sínodos entre los años 1961 y 1965 era inimaginable, pero la Virgen hizo alusión a él. Y, según todo indicada, dándole relevancia. Veremos, y velemos)..