
La cuestión del aborto representa el punto crítico de la batalla entre el Bien y el Mal en el ámbito de la historia humana. El espíritu del tiempo, la mundanidad materialista, las tinieblas… se afanan por todos los medios en torcer el pulso a quién se oponga en su propósito: empoderamiento del mal, que se manifiesta en toda su magnitud en ese extremo sagrado, que es la vida inocente, gracia divina, don creado por Dios.