Fieles a la doctrina

La primera lectura de la liturgia de la misa de hoy 11 de noviembre es muy actual y muy de siempre: permanecer en la doctrina que Jesucristo nos enseñó, siendo fieles seguidores de Él, en el camino que nos ha mostrado, viendo según el talante de las bienaventuranzas, haciendo su voluntad y cumpliendo los manteamientos, especialmente el de amar.

Primera lectura. Lectura de la segunda carta del apóstol san Juan (4-9):

Señora elegida: Me alegré mucho al enterarme de que tus hijos caminan en la verdad, según el mandamiento que el Padre nos dio. Ahora tengo algo que pedirte, señora. No pienses que escribo para mandar algo nuevo, sino sólo para recordaros el mandamiento que tenemos desde el principio, amarnos unos a otros. Y amar significa seguir los mandamientos de Dios. Como oísteis desde el principio, éste es el mandamiento que debe regir vuestra conducta. Es que han salido en el mundo muchos embusteros, que no reconocen que Jesucristo vino en la carne. El que diga eso es el embustero y el anticristo. Estad en guardia, para que recibáis el pleno salario y no perdáis vuestro trabajo. Todo el que se propasa y no permanece en la doctrina de Cristo no posee a Dios; quien permanece en la doctrina posee al Padre y al Hijo.

Caminar en la verdad supone comportarse según el mandamiento que el Padre nos dio.  Que es el mandato de amar. Éste es el mandamiento que debe regir vuestra conducta. Y es algo nuevo, es el mandamiento que tenemos desde el principio, amarnos unos a otros. Y que Cristo lo ha llevado a plenitud: hasta dar la vida por los otros. Él es el camino mostrado. De modo que amar significa seguir los mandamientos de Dios, cuyo contenido es el amor a los demás.

Quien pretenda alterar la voluntad de Dios expresada en su doctrina, no es de Cristo: Todo el que se propasa y no permanece en la doctrina de Cristo no posee a Dios; quien permanece en la doctrina posee al Padre y al Hijo.

 Así, pues, todos aquellos que pretenden modificar la doctrina firmemente establecida de siempre, se convierte en un mentiroso y alejándose de Cristo: han salido en el mundo muchos embusteros, que no reconocen que Jesucristo vino en la carne. El que diga eso es el embustero y el anticristo. De modo que ante tantas novedades que se pretenden con manifestaciones de ciertos prelados y desde sínodos con pronunciamientos heréticos, estad en guardia.

Y como dice el salmo de hoy, Sal 118,1:

Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor

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