El testimonio cristiano comporta persecución

Heather Idoni, mártir de nuestros dias

En el evangelio (Jn 15,26–16,4) de hoy, 6 de mayo, Jesús nos manifiesta dos cosas bien claras: que enviará cuando suba al cielo al Espíritu Santo, que hará que demos testimonio de fe y que este testimonio conlleva un riesgo…

Lectura del santo evangelio según san Juan 15,26–16,4:

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando venga el Consolador, que yo les enviaré a ustedes de parte del Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, él dará testimonio de mí y ustedes también darán testimonio, pues desde el principio han estado conmigo.

Les he hablado de estas cosas para que su fe no tropiece. Los expulsarán de las sinagogas y hasta llegará un tiempo, cuando el que les dé muerte creerá dar culto a Dios. Esto lo harán, porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. Les he hablado de estas cosas para que, cuando llegue la hora de su cumplimiento, recuerden que ya se lo había predicho yo».

 El Espíritu Santo aquí se nos menciona con las características de ser el Consolador, es decir, que ante las vicisitudes por las que vamos a pasar Él será nuestro consuelo y ánimo; y es el Espíritu de la verdad, de modo que quien viva de la fe en Cristo, está en la verdad y el testimonio, al que alienta, es verdadero.

Es necesario tener esto claro y mantenerse firme en la fe: “Les he hablado de estas cosas para que su fe no tropiece”. Pues al que sea seguidor y quiere parecerse de Él le acontecerán cosas semejantes a las suyas, que padeció la hostilidad de las fuerzas del mal y al igual que a Él le ocurrió, les darán muerte creyendo “dar culto a Dios”; es decir, como a Cristo, al que crucificaron pretendiendo salvar a Dios, pues veían a Jesús como una amenaza para su Dios judío. Y esto lo harán como dice Jesús: “porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí.” La ignorancia, aún sin ser malvados, pero bajo la influencia de los estos, puede resultar desastrosa; ya lo dijo Jesús en la cruz:  “Padre,  perdónales,  porque no saben lo que hacen” (Lucas 23, 34).  

“Recuerden que ya se lo había predicho yo». Por la causa de Cristo os pasarán estas cosas. El Espíritu Santo en esos momentos estará presente interviniendo: inspirando lo que se tenga que decir e insuflando valor, unción. Y, al final, el perseguido por causa, el mismo Señor será su valedor en el cielo. «Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará.» (Mt 10, 22).

 

La mujer en la foto, Heather Idoni, defensora  próvida  detenida junto a otras once personas, y condenada a 11 años de prisión, bajo el gobierno del “católico” Joe Biden, y que ha fallecido tras sufrir un derrame cerebral, después de de ser puesta en régimen de aislamiento durante 22 días, por haber compartido la comida con otros presos, y haber sido ha sufrido un derrame cerebral como consecuencia del cruel e inusual castigo.

Previamente, Idoni había manifestó confía en su fe en Dios afirmando que, a pesar de las penurias de la cárcel, «Dios va a ser glorificado» y que «nunca ha dejado de sentir Su presencia». (Información en Infocatolica).

 

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