El incendio de Tenerife,  el mal ataca nuevamente

Canarias Tenerife. Foto Google Maps

El año pasado sucedió en también en Canarias otra catástrofe. Recuerdan la erupción volcánica de La Palma de 2021 del Volcán de Tajogaite. Por entonces escribimos un breve artículo «Las Islas Canarias, zarandeadas por el mal«, en el que hacíamos alusión a su vez a otro «Islas Desafortunadas«, apuntando en ellos sobre la causa de la presencia de las fuerzas del Mal, de la acción del Maligno. Y argumentábamos a respecto de esa causa.

Debido a la situación actual, el Gobierno declarará a su vez este viernes Tenerife como «zona catastrófica». El Cabildo de Tenerife ha hecho una valoración inicial de los daños provocados por el incendio forestal que azota la isla desde el pasado 15 de agosto, en la actualidad estabilizado tras quemar casi 16.000 hectáreas en un perímetro de 90 kilómetros a lo largo de 12 municipios,  ha afectado a 364 fincas registrales y a 246 edificaciones o construcciones, y los ha cifrado en 80,4 millones de euros.

Hoy vemos, ante este nuevo desastre, abundamos y nos sostenemos en esa teoría, donde lo diabólico, se conjunta de tal manera que ha puesto, como mano invisible, todos los medios para producir el mayor mal posible. Vean esta unión de casualidades, a las que se refiere en unas declaraciones a la Agencia EFE, el jefe del segundo batallón de intervención en emergencias de la Unidad Militar de Emergencias (UME), el teniente coronel José Alberto Gallego, ha señalado este jueves que en el incendio de Tenerife “se juntó todo” en contra.

Gallego ha recordado, durante una visita de la ministra de Defensa, Margarita Robles, al destacamento militar de Izaña, que la orografía de la isla y el comportamiento del viento, que fue “muy violento”, fueron los principales enemigos de los servicios de extinción.

Pero es que además en las dos semanas previas al incendio soplaron en Canarias “unos vientos muy cálidos” que resecaron la masa forestal, que “estaba muy disponible” y “ardió muy rápido”.

Eso, unido a la escasa humedad de esos días, con porcentajes del 12% en las cumbres, “bajísimos para la zona”, debido a que no soplaban los alisios, conformó un cúmulo de circunstancias adversas que explican la violencia del fuego en sus primeros días.

“Se sumó todo”, ha insistido el teniente coronel Gallego, quien ha descrito que los vientos durante el incendio se comportaron de una manera “errante”, con carácter “local” en cada barranco y muy variantes: de noche eran descendentes y de día, ascendentes.

A esa dificultad para contener el fuego se sumó la llegada del incendio a la cumbre, pues cuando eso sucede, “se descontrola, porque se hacen dos incendios distintos”, uno a cada ladera.

Lo visible muchas veces tiene causas aparentemente no visibles.

No queremos alarmar (o sí), pero bien harían las gentes de esas tierras corregirse y dejar de ofender al Cielo y dejarse de alienarse con las fuerzas del Mal. Si no, tal vez les podría suceder algún mal mayor. Cuando uno se echa en manos del Maligno nada bueno le va a ocurrir, a la larga seguro que así va a ser.

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