
Así comenzábamos el año pasado tras la vuelta vacacional, y valdría para la fecha actual, e incluso habría que añadir que todo se ha acentuado, y se van confirmando los vaticinios: “Feliz reencuentro para todos. Comenzamos un nuevo periodo en el que estamos seguros van a acelerarse hechos preocupantes, como la apostasía silenciosa que va vaciando las iglesias o la amenaza sinodal alemana que se encamina a un doloroso cisma o la últimamente agravada persecución religiosa, que van a traer tiempos de preocupación ante la perspectiva de que se estén cumpliendo los signos de los tiempos; pero que tras los cuales se abriría paso a la esperanza para la Iglesia y para el mundo, según lo profetizado.”
En este tiempo veraniego siempre ocurre algo qué comentar. Si el año pasado fue la experiencia de la capilla de adoración en el lugar donde veranaba, y anterior fue la migración de seres humanos que pierden su vida en el Mediterráneo, este año podría hablar el algo que está ocurriendo con la merma de asistencia a las misas los días festivos y sin embargo el aumento del número de los que los hacen los días de diario. No se dar una explicación inmediata; por lo que lo dejaré de comentar por ahora. Y si me voy a fijar en esta noticia que ha sucedido hace unos días:
En medio de este anormal verano de ahogamientos, por lo exagerado del número, ha sucedido un hecho digno de comentar, y más de comertar justamente porque el mismo protagonista no lo hizo, lo obvio como una cosa fuera de importancia, sin atribuirse mérito alguno y arriesgando a vida. El caso fue este: un joven se lanza al mar y salva a un hombre que se estaba ahogando.
El relato de lo sucedido lo contó a radio COPE el protagonista, Andrés, un adolescente de 17 años.
Aquí pueden oír el audio de la entrevista:
https://cope-cdnmed.agilecontent.com/resources/mp3/5/3/1693313400835.mp3?download
En la playa de Valdoviño, en A Coruña, se escuchaban gritos de ayuda dentro del mar y este joven de 17 años no dudó en lanzarse a salvar la vida a un hombre que se estaba ahogando.
Con 17 años estuvo 25 minutos tranquilizando a una persona dentro del mar y le consiguió sacar con vida. Esta historia no es ciencia ficción, pero podría ser la historia de una película. Un día cualquiera, estás en la playa, en A Frouxeira, en Valdoviño, en la provincia de A Coruña. Hay oleaje y bandera amarilla.
Andrés es un joven de 17 años, que estaba bañándose con su amigo en dicha playa cuando, de repente, empezaron a escuchar gritos de auxilio que provenían de dos hombres. Uno de ellos lograba llegar a la orilla, pero el otro no. En ese momento, sin pensárselo, este joven se lanza a ayudarle a contracorriente.En los micrófonos de ‘Herrera en COPE’ confiesa que «fue un impulso, no me lo pensé y me salió de dentro ir hacia él».
La persona se encontraba en una zona de corriente, y al llegar estaba con la cabeza sumergida e inconsciente, con la vista pedida y no podía hablar. Andrés, que no se quedó indiferente ante esta situación, logró tranquilizarlo. Primero le preguntó si tenía hijos, para que le mirase a los ojos, y él le respondió que sí. Estaba muy nervioso y no paraba de decirle que se iba a morir. El joven le aseguró: «piense en sus hijos, usted no va a morir».
Y así le agarró de la axila, y nadó contra marea, a pesar de los 85 kilos que pesaba el hombre, en ningún momento le soltó. Sin embargo, cuenta que no fue fácil: «le tenía agarrado por la axila y pensaba que no podía, que me iba con él. Gracias a Dios no fue así, llegamos a las olas y fuimos cogiendo impulso hasta llegar a la orilla».
Una historia que duró unos agónicos 25 minutos, en los cuales consiguió salvarle la vida.
Este joven nos cuenta que una vez llegaron a la orilla, él se volvió al chiringuito donde estaba con sus padres como si no hubiera pasado nada. Y cuenta que su madre se enteró más tarde porque unos amigos de ella lo vieron todo.
Andrés y este hombre, que le estará agradecido toda la vida, van a quedar en los próximos días para hablar y conocerse bien. La noticia ha llegado hasta el presidente de la Xunta de Galicia, que ha querido tener un detalle con el joven como agradecimiento por su valentía.
Y es Andrés, desde hace tiempo quiere ser marino de guerra, desde luego que lleva en la sangre salvar a las personas.
Que Dios nos bendiga a todos, y su Santísima Madre nos cuide.