Vivimos en un mundo tan a las anchas con sus males, lleno de contradicciones a las que se acostumbra como la cosa más normal del mundo, y una de ellas esta: permiten las drogas, pero «no fumar».
Son muchos los países que ya han legalizado el consumo de marihuana, cannabis, hachís… y anfetas. En cambio, persiguen al tabaco por tierra, mar y aire: abrasando a impuestos (que con tan solo estos se paga el ministerios de salud de cualquier país), o arrinconándolo de la espera pública hasta hacerlo aparecer como algo marginal y odioso, o con imágenes macabras en las cajetillas para atemorizar al que se atreve a llevar un paquetito en el bolsillo. (Entre paréntesis: estamos en contra del tabaco, pero ¿a cuánta gente «ayuda» en sus estados de ansiedad y angustia en un mundo habituado al frenesí?).
Pero vamos a lo que nos preocupa realmente: la droga es un mal objetivo. Si se legaliza, habrá sin duda más drogadictos y más creadores de drogas, lo cual es a todas luces pernicioso para el individuo y para la sociedad en su conjunto, por la amenaza que supone una persona drogada.
Hay muchos termómetros que nos avisa del estado de fiebre de este mundo actual, y uno de ellos es este, el del incremento exagerado de producción de todo tipo de drogas y por lo tanto de gente drogadicta. Hay muchas personas que han echado a perder su vida, y en parte también la de la gente querida que les rodea. Es un drama. Pero como tantas cosas que no nos gustan las tapamos.
En una noticia publicada en es.zenit.org, con título «Fe y consumo de drogas: estudio muestra que a más fe menos aceptación de la marihuana«, pueden ver un nuevo estudio del Pew Research Center muestra la relación entre drogas y fe en la población estadounidense. Entresacamos estas conclusiones:
Ateos y agnósticos son los que más aprueban la marihuana legal. Los estadounidenses pertenecientes a alguna religión lo aprueban en mucho menor medida. El 54% de las personas adheridas a una religión consideran que la marihuana debe ser legal sea para uso médico o recreativo, 35% sólo está a favor si es para uso médico. El 76% de las personas ateas y agnósticas están a favor del consumo de marihuana para uso médico o recreativo y apenas una quinta parte de este grupo dice que sólo está a favor del uso médico.
Entre los protestantes y católicos en general, las opiniones sobre la marihuana son bastante similares. Aproximadamente la mitad en cada grupo dice que la marihuana debería ser legal para uso médico y recreativo, mientras que un poco más de un tercio dice que debería ser legal solo para uso médico.
De todos los grupos analizados, los ateos y agnósticos son los que están más fuertemente a favor de la marihuana legal. Casi nueve de cada diez ateos y agnósticos (88% y 86% respectivamente, un empate estadístico) favorecen la marihuana legal para uso médico y recreativo, mientras que pequeñas minorías (7% y 13%, respectivamente) dicen que la marihuana debería ser legal solo para uso médico. Solo el 4% de los ateos y el 1% de los agnósticos dicen que la marihuana no debería ser legal en ningún caso.
En otros artículos ya tratábamos la relaciones acerca de la aportación en la liberación de ciertos (y para todos) males que supone el tener fe religiosa: «A mayor increencia, mayor corrupción«, «A menos religión, peor sociedad«.
Sobre los efectos reales de la fe religiosa y la gracia divina en la lucha contra este mal, es evidente. Pueden ver es artículo: 60.000 jóvenes dejaron las drogas en el Cenáculo con trabajo y oración. «Es un milagro eucarístico».