Fátima 2017, Centenario

Fátima 2017, Centenario

El papa Francisco visita  el santuario de Fátima. Mañana 13 se celebra el centenario de la primera aparición de la Virgen y que la siguieron los días 13 de los siguientes meses, a excepción del de agosto que fue el día 18, hasta la última, el 13 de octubre, el milagro del sol… Desde que en el 50 aniversario, en 1967, Pabló VI viajara a Fátima, le han seguido Juan Pablo II y Benedicto XVI, se ha convertido en un lugar casi obligado de peregrinaje para los papas.

Fátima tiene una importancia extraordinaria. De ahí la visita de los papas, conscientes del significado de estas apariciones y mensajes, que parecen tener una actualidad evidente.

Si Fátima se pone en sintonía con otras apariciones, aprobadas o por aprobar por la Iglesia, se observa la relevancia del contenido del mensaje del Cielo, que por medio de la Santísima Virgen, nos quiere transmitir.

Sobre este tema, entraremos en un próximo escrito. De momento tengamos presente dos cosas a destacar y que representa Fátima: la necesidad de la oración y la penitencia.

En cuanto al tan traído y llevado asunto de sí ha sido revelado todo el secreto o aún sólo parcialmente… La verdad es que ya de por sí lo expuesto en la tercera parte del mismo tiene una importancia y dramatismo que no habría que soslayar sobre todo en los momentos presentes e inmediatamente venideros.  A continuación exponemos el relato breve de la tercera parte del secreto revelado el 13 de julio de 1917 en la Cueva de Iria-Fátima:

Escribo en obediencia a Vos, Dios mío, que lo ordenáis por medio de Su Excelencia Reverendísima el Señor Obispo de Leiria y de la Santísima Madre vuestra y mía.

Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz qué es Dios: « algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él » a un Obispo vestido de Blanco « hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre ». También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios.

Pidamos que este viaje papal suponga una lluvia de bendiciones para la Iglesia y para la humanidad.

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